jueves, 21 de octubre de 2010

Primavera


La catedral de Talca, colapsada significativamente por el terremoto, permanecerá clausurada durante el transcurso del tiempo primaveral.
En consecuencia, una imagen ciudadana será restada del campo de contemplación: las bodas: las novias con sus trajes blancos y la pompa del ceremonial mientras la brisa mueve los follajes de los árboles de la Plaza de Arma.

Fardos de Paja


De las instituciones privadas tal vez sean los bancos las que disponen abiertamente al público sus inmuebles.
Así, entonces, la celebración oficialista del bicentenario a la que accede una gran cantidad de público ocurre entre sus muros.
Estas instituciones han preparado una suerte de míseras instalaciones, compuestas por fardos de paja, que operan como escenario de exhibición de chupallas, espuelas, chamantos, mates, volantines, emboques, trompos y aperos.
Con este material objetual se define la identidad que celebra el bicentenario. Tal definición- no es oficial- proviene de la elite financiera privada y pública
Estos miniescenarios identitarios son perfectamente asimilados por el grueso público y se homologan con lo que sucede, para tal efecto, en las instituciones escolares.
La posición de los arreglos no interfiere el desplazamiento entre el público y las cajas pagadoras. Tampoco el desplazamiento dentro de los bancos.
Esos trazos de identidad se apoyan en elevadas columnas y muros, alimentando la mirada del hastío por parte del público.

Invierno



Solamente la experiencia personal, post terremoto, me ha hecho descubrir cual es la flor silvestre que en esta región es capaz de cruzar, sobrevivir, todo el periodo del invierno. Se trata del dedal de oro. En los días nublados, el dedal de oro abría tímidamente sus pétalos, buscando sus posibles rayos de sol. El frió de aquellos días imponen esa imagen, tan escondida y anónima en la ciudad, con un cierto rango de lo imperecedero.