sábado, 15 de agosto de 2009

FilosofíasDelPoder


Durante la inauguración de la Muestra Museo Vivo y las obras ilustradoras de los mitos mapuches (Lunes 5 de diciembre de 2005), realizadas por Andrés Vio, en el Centro de Extensión de la Universidad de Talca, Juan Carlos Aros, poeta y Licenciado en Historia del Arte elabora en una forma dialogal su reflexión acerca del poder y los vínculos que el sujeto puede o no establecer con él.

Según su experiencia, el poder implica o se sustenta en la comunicación. Si el sujeto está excluido de la comunicación, o fuera de su circuito, o autoexcluido, no existiría en forma práctica para el poder.

Enseguida, agrega una segunda situación que afectaría al sujeto: no llevar a cabo una experiencia relevante frente al poder. El lo metaforiza en ‘atreverse a lanzar la piedra’. En esta reflexión agrega el dato humano de que al sujeto lo pilla la edad, que llega un día en que ‘no quiere seguir lanzando la piedra’, pues lo vence la siesta y la contemplación. Y en eso se le pasa la vida y muere; ergo, no hubo relevancia ni atisbo de destacarse frente al poder.

Existe, a su juicio, un tercer aspecto en el tema: el poder vincula a los sujetos desde un punto de vista aristocrático. Lo ejemplifica diciendo que un individuo puede destinar toda su vida a estudiar una rama del conocimiento y no ser nunca tomado en cuenta por el aparato que administra el poder; su conceptualización podría ser de elevado nivel y, por las operaciones del poder terminar anulado y subsumido en la irrelevancia y en la negación de notoriedad.

Pero, ¿como solucionar la reflexión en torno a la opción de aquellos individuos que gestan su accionar desde un ámbito alejado del poder? Para ello, cita el caso de un creyente que carece de toda nombradía, excepto por su ‘peso moral’. Concluye que esta dimensión valórica no basta a la hora de confrontar el poder: su accionar queda frenado porque si ese individuo hace una invitación congregante los posibles invitados, ante la obvia perspectiva de que él no posee un poder real (político, económico u otro), con toda facilidad e impudor pueden negarse y se verifica de este modo que el simbolismo(moral) del poder no es suficiente.

A la digresión planteada con los ejemplos de las figuras que optan por una vinculación fuera del poder- ya sea vaticanista, o de otro origen o naturaleza- , se trataría, en el continuo de la reflexión, de una cuchufleta, de un artilugio medio tramposo y falaz, en cuanto dato que revela alguna verdad acerca del Poder.

Por otra parte, en cuanto a la necesidad de pensar en los programas individuales que buscan o proponen un desarrollo paralelo o desligado del accionar del poder, se trataría ni más ni menos que de una entelequia.

1 comentario:

  1. ola profe!! soi la yoya.. =)
    sabe, a pesar de que solo le queria dejar mi saludo, leí lo que escribió y a mi juicio el poder es una forma de plantearse ante la vida, es un fenomeno social, o mejor dicho un accionar social. todos ejercemos poder de una u otra forma, y es esa forma la que se debe cuidar... el poder es bueno siempre y cuando sea legitimado por los demas, ya que de otra manera se vuelve en algo sucio...
    espero ke se encuentre bien.. nos vemos por ahi. xaup.!!

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