
En las profesiones de los postulantes al Parlamento 2010 concurren abogados, ingenieros, docentes, arquitectos, etc., y excepcionalmente artistas, sean éstos músicos, pintores, escultores, actores y actrices.
En la década de los noventas, el electorado capitalino supo de la postulación del cantante y músico Florcita Motuda. También han postulado integrantes de grupos folclóricos. Ellos eran –o han sido- parte de un cierto stablishment cultural. La actual candidatura de Claudio Narea rompe esa localización.
En el trayecto por Walker Martínez, entre Mapocho y Alameda, el taxista dice ‘Ese cabro sale. Es que el pueblo en su mayoría es izquierdista y a él lo van a elegir’. Le menciono el caso del también rockero Florcita Motuda, derrotado en su ocasión. Dice ‘Ese haría puras lesera en el Congreso… Si es un payaso’.
Le comento que la gracia de Narea es su postura de nombrar al pan, pan y al vino, vino, desde que integraba la banda Los Prisioneros, en los ochentas. Concordamos en que mientras son candidatos no tienen pelos en la lengua; después, en el Congreso, se auto-restringen. El dice, justificándolos, ‘Se tienen que acomodar’.
Al primer diputado electo por el Partido Verde alemán, su conglomerado le exigió cumplir dos condiciones: la primera, hacer vox populi todo el debate secreto de la cámara y la segunda, entregar al partido el cincuenta por ciento de su dieta parlamentaria; con tales recursos, financiaron la formación de nuevos liderazgos. El taxista dice ‘Eso aquí no lo van a hacer. Seis ‘palos’ no les vienen mal’.
El principal objeto gráfico de la propaganda política de Narea es un díptico que en la portada y contraportada contiene dos fotografías. En la portada se lee una frase, que ondula desde el margen superior: “Otra cosa es con guitarra”. En el borde derecho está impresa la fotografía de una guitarra eléctrica, donde se excluye el clavijero y también la parte inferior y un costado de la caja. La tipografía de la frase es muy similar a la utilizada en las tarjetas de la primera generación de computadores.
En la contraportada está impresa la fotorretrato del candidato con su puño izquierdo cubriendo parte del mentón y, más abajo, el derecho; ambas manos sostienen el mástil de la guitarra, asimilándose al gesto militar de la presentación del armamento. Una frase se imprime desde la comisura izquierda: ”tu voz en el parlamento”; la caligrafía imita la letra manuscrita. Toda la información restante- nombre, distrito, sitio web- corresponde a tipografías ‘computacionales’ y de ‘diseño’. La sección de la caja no presenta alguna de las marcas comerciales de la industria de las guitarras eléctricas.
La conocida alusión a la similitud entre la forma de la guitarra y el cuerpo femenino, que abundó entre los folcloristas y en las poéticas visuales de fotógrafos dadaísta-surrealistas, ha quedado totalmente desplazada.
En la contraportada, el color gris y ocre que recibe la información del postulante tapa la mitad de la página, como si el legalismo de la identificación formal del candidato, que ratifica su función social presentando su guitarra, antecediese al cuerpo del músico.
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