viernes, 30 de diciembre de 2011

Reclamo de Espectador

1° de Diciembre
A la salida de una muestra colectiva de fotografías, Fuera de Ruta, en una de las salas del Centro de Extensión Pedro Olmos de la Universidad de Talca, la fotógrafa alemana Elizabeth Gumberguer me dice que su muestra fotográfica del registro de la ciudad de Talca, tomas que ella hizo inmediatamente después del terremoto del 27 de Febrero, no llegó hasta Santiago, como le había sido ofrecido por el Departamento de Extensión de la Universidad de Talca. Sólo alcanzó hasta dos de sus sedes de provincia. Soy testigo que la Encargada de Colecciones de la Universidad de Talca le plantea que esa muestra sólo será posible en marzo de 2013. Y esta fecha es incierta.
2 de Diciembre
Asisto al mismo Centro a adquirir el libro de Bernardo Subercaseaux, cuyo lanzamiento se llevará a efecto. Simultáneamente se está llevando a cabo una titulación de la carrera de Agronomía. Todo está retrasado. Decido adquirir el libro y no quedarme a la presentación. Saludo a la Directora de Extensión de la Universidad de Talca. Le pregunto por qué la impuntualidad. Dice que pronto comenzará. Le pregunto por el valor del libro. Menciona un precio. Pregunto a quien puedo comprarlo. Ella muestra la mesa donde se ven los ejemplares. Dice que el señor Subercaseaux es un gran historiador, que le hizo clases a ella en un magister que cursó en Santiago. Le planteo la situación de dilación y demora de la muestra de E. G en Santiago. Inquiere acaso ha sido la fotógrafa la que ha cuestionado el asunto. Le digo que no, que es un asunto mío. Dice que han hecho mucho por itinerar la muestra. Le digo que creo necesario que le cumplan con la muestra en Santiago, que no me parece razonable, esperar dos años para llevarla a la capital. Pregunta si yo estoy reclamando. Por supuesto, digo. A continuación, le planteo que recuperen la razón porque esa muestra perderá con la dilación. Dice Disculpe, pero yo recuperé la razón, y se retira enojada.
Me acerco a preguntar quién vende el libro a una secretaria; su respuesta es que debo hablar directamente con el autor, quien no se divisa entre los titulados, sus parientes y amigos que están acercándose al lugar en que está preparado el coctel, salón contiguo al de la sala donde se llevará a efecto la presentación del libro. Lo esperamos. Después de varios minutos aparece Bernardo Subercaseaux. Le explico que deseo comprarle el libro y que no puedo quedarme al lanzamiento. Caminamos a la mesa donde están los ejemplares. Le pago el valor. El dice que ‘otra chica alta que anda por ahí’ me entregará el recibo. La miramos entre el público y ella se nos acerca. El me pregunta si no quiero que me lo dedique. Por supuesto, le digo. Ninguno de los dos tiene un elemento con qué romper el plástico que envuelve el envase. Ella lo rompe incrustándole un lápiz. El, con una caligrafía muy grande, deja un saludo en el primer tomo y me dice que éste tiene una memoria visual de trescientas imágenes. Le pregunto “textos suyos quedaron en el compendio de la Revista de Crítica Cultura”. Sí, algunos deben andar por ahí, dice. Ella, mientras tanto, a espaldas del historiador, me entrega el recibo de dinero. Me despido. Ella me ofrece una bolsa para echar los tres tomos. La acompaño hasta la oficina de la Dirección de Extensión. Me regaló un pequeño bolso con el logo de la Editorial Universidad de Talca-Chile y en su interior puso los tres tomos de Historia de las Ideas y de la Cultura en Chile, de Bernardo Subercaseaux, publicado por Editorial Universitaria S.A.

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