Esta frase, escrita con grueso trazado de pintura negra sobre calaminas a las que se les ha tergiversado su uso: alineadas verticalmente ahora conforman un muro provisorio de una céntrica vivienda del antiguo casco urbano talquino, colapsada por efecto del terremoto.
Su lectura induce a interpretación, que solo puede surgir como escenario que, en un caso, está demolido o en peligro de demolición y ruina (un año 2011 impensadamente convulso y desestabilizador del orden político oficial); en otro caso, la interpretación, podría emerger a partir de un clásico recurso del marxismo vulgar que nos dice que ‘el pueblo es sabio’, es decir, literalidad sin atención a la escenificación.
La tercera opción de lectura podría suscitarse desde el hecho siguiente: el soporte de la escritura social –mandato, mensaje positivo- está precarizado por la ruina urbana y, en tal caso, a la base, hay un optimismo sin vuelta o delirio.
Pero si uno quisiera preguntarse por la identidad de la tienda política que está refrendando el mensaje, no podría asegurarse que viene desde el oficialismo derechista ni desde la oposición centro-izquierdista. Pero tampoco se observa pregnancia utopizante, como un ’construyamos la política chilena’; cabe, preguntarse, entonces, de cuál lógica política, tanto en el oficialismo político como en el arco ideológico, desplegado por las movilizaciones sociales, el sujeto de esta escritura social estaría tomado de un hilo.
Bitácora Talca Art.- Enero, 2012.
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