
Cuarteto de Fotógrafos
Miércoles 10 de Diciembre de 2008.-
Con la exposición de fotografías, denominada ‘Tal Cual’ de Francisco Flores en la Biblioteca Regional del Maule se ha completado una evidencia histórica de La Primera Década de Fotografía Talquina. Uno podría distinguir tres o cuatro hitos caracterizadores de la emergencia de fotógrafos desligados de la fotografía académica, o vinculados en sentido estricto a lo académico
a.-la Fotografía ha desplazado del protagonismo local a los artistas visuales.
Nota: En la década anterior, R. Villar mantuvo el monopolio de la fotografía, como práctica intencionada. Y se hizo cargo de su política de difusión; así, publicó en los años ’93 fotografías de su autoría, que podrían inscribirse como datos etnográficos de la realidad barrial, localizados-captados en el Barrio El Edén. Estas tomas fueron impresas en un suplemento del Diario El Centro. Adjuntó fichas técnicas estrictas que daban cuenta de las condiciones instrumentales de captura de la imagen.
En años posteriores, Héctor Labarca arrebata ese monopolio. Labarca, en la difusión del medio, aborda el desarrollo de la fotografía como producto cultural internacional y cita ordenadamente a los precursores y a los noveles Por otra parte, copa el recurso periodístico al hacer uso de la página completa que le fuera asignada en el suplemento cultural dominical. Labarca omite, o aborda mínimamente el detalle técnico que acompañó la toma, e incursiona en el sentido de la imagen. O en el montaje que la hizo posible; es decir, por un lado, al ofrecer un registro histórico e internacional, reposiciona la fotografía, y a la vez, al señalar sus trucos al lector-espectador, le quita el rasgo críptico de su factura y la hace hipotéticamente comprensible. Y factible. Los Pie de Foto elaborados por Labarca, que se detenían en los datos históricos y en los contextos socio-políticos, se abordaron sin alardes técnicos o narrativos. Su única dirección fue apuntar a la comprensión y a la masividad de su recepción y logró transmitir el entusiasmo por su apreciación estética.
Hay que decirlo: es Labarca quien ha captado fotografías de Bienal. (Su fotografía de un detective, del que el espectador observa sólo su Colt calibre 38 tendría una cabida indesmentible en la exposición Sutil Violento, de estos días, en el MNBA).
Un aspecto importante de consignar: los artistas visuales que han tomado el registro de representación mecánica lo han usado en calidad de post-fotografía, vale decir, en material de trabajo artístico, y no arte en sí mismo, en su completad expresiva, no han traspasado el límite del peso de la fotografía como referente puro: cito el caso de la obra de Loreto Pérez, Simón Fuentes y Alejandro Cáceres. Este trío de artistas visuales le asigna un comportamiento y utilidad no documental. En la exposición celebratoria del Día de la Fotografía Alejandro Cáceres hizo un montaje donde se manifestaba con certeza ese arranque hacia el comportamiento pictórico -también objetual- de las imágenes. No así Mauricio Torres, quien, si bien no documenta, si aborda la fotografía como encargo –en particular su última beca Fondart-, pero allí no ha superado la estética de la Revista Fibra.
b.- la existencia de un Cuarteto de Fotógrafos
Este Cuarteto lo conforman:
Elisabeth Gumberguer Alfredo Morán
Héctor Labarca Francisco Flores
Gumberguer, Labarca y Morán establecen una marca de producción, gestión y montajes para su sanción pública con una presencia muy definida, porque cada uno consigna más de tres o cuatro muestras individuales.
La Exposición ‘Maula’ De Héctor Labarca marcará un antes y un después por su opción de hacer el primer catálogo con tapas dura; decisión volcada a superar la mezquindad de su recepción por parte de los espectadores atentos talquinos.
(Tres días antes de su inauguración comenté a un agente cultural local esta noticia, aderezándola con el gesto de entusiasmo por continuidad expositiva de Labarca y, ante estas apreciaciones, él dijo: ‘ahí va a estar toda la taquilla’. En la exposición misma escuché otros comentarios: ‘lo mismo de siempre’, ‘no hay un estilo personal’ Sin embargo, en las obras expuestas había varias fotografías dignas de Bienal. La fotografía que capta un juguete plástico que representa un superhéroe, con gotas de sudor en su rostro y en su cuerpo, contra un fondo de paisaje maulino es inolvidable. Esa es otra fotografía de Bienal)
El conjunto de fotografías de esa exposición supera el supuesto marco del encargo, es decir, ilustrar una lectura literaria del ethos regional.
c.- Características de los enfoques y tomas
Apresuro una precaria lectura coyuntural:
Flores: Mirada modernista Gumberguer: Encuadre Clásico
Labarca: Tradición Modernista Morán: Relectura del Original
1.- Héctor Labarca. Si las fotografías de ‘Rodri’, fotógrafo comercial del medio siglo pasado, quien no tuvo una manifiesta intención de hacer una fotografía artística, es, sin embargo, un obligado referente de fotografía documental local, Labarca acentúa esa opción de mirada, pero agrega un entrenamiento y experimentación tanto en encuadre, colorido y pose. Y pone en obra el gesto moderno de la ironía, la parodia y el humor, que a veces suele superar la convención de la toma.
(Lo irónico del acercamiento de H. Labarca: alrededor de los primeros años noventas en fotorreportajes de la prensa impresa es retratado como espectador anónimo, junto a otros lugares donde se ha producido una noticia que requiere la presencia de enviados especiales. Recuerdo una donde comparece con otros individuos contra un fondo donde aparece un barco, siniestrado o a punto de un desguace. Esa aparición previa y performática –anónima- desembocó en un protagonismo sostenido detrás del lente)
2.- Gumberguer no se desmarca de su clasicismo de encuadre y técnica. Su exposición Retratos de Latinoamérica es una demostración de conocimiento, cuidado y lealtad a la fotografía blanco/negro. Sus estudios de erosiones y oxidaciones casi microscópicas, como un universo de color y facetas de lo material, dan cuenta de una posible irrepresentación casi deudora de lo pictórico. El tratamiento que diera a su proyecto Fondant Animitas no hace más que confirmar su vínculo sólido con la tradición clásica de la fotografía.
3.- De los cuatro, Alfredo Morán es quien, a mi juicio, hace una Fotografía (que cumple con el requisito de que sea) de Exportación. Su exposición de desnudos del año 2006 en la Biblioteca Regional, desde el enmarcado de las fotografías hasta la desconfianza puesta en la alquimia técnica,-cuestión que suele atrapar a los maníaco obsesivos y postergar al que busca una expresión artística, dejaron en claro que le asiste una actitud y una convicción directamente encaminada a desmarcar sus fotos del convencionalismo
Es el primer trabajo artístico con modelo (dicho sea de paso: ‘antimodelo’, porque no cuadra con el estereotipo que la industria del desnudo ha acostumbrado al ojo espectador) y si bien pareciera que hubo a la base una intención de narratividad poética, a la hora de dar cuenta del efecto totalizador de la muestra, resalta sólo el clima y la atmósfera logrado por la muestra (en sentido estricto, es el primer fotógrafo que hace un trabajo con modelo. Lo que hemos visto de Orlando Mellado, en cuanto a trabajo con modelo, ha estado bajo la mirada convencional, proveniente del género pictórico del desnudo y la cantidad de fotografías no alcanza los dos dígitos))
Recientemente, en la muestra organizada para conmemorar el Día de la Fotografía, muestra montada en la galería de la Casa del Arte, Morán exhibió retratos, siempre blanco/negro, pero ahora fuera del formato histórico que había presentado anteriormente y con un grado de convicción en el manejo de la pose que no se había visto en la fotografía exhibida en esta ciudad. Esos retratos dan la idea de que fuesen una declaración.
4.- Francisco Flores. Adelanto una conversación con el fotógrafo en el Rincón Radical. En esa ocasión analizamos el desarrollo de la fotografía en Talca. Es el único fotógrafo que hace encuadrar su lógica discursiva y los productos fotográficos. A este respecto: El Jueves 6 de Noviembre del presente año, en el Diario El Centro, publican un breve reportaje anunciando la inauguración de la muestra y recupero una parte de las opiniones de Flores: “Dar la posibilidad para que la mirada distraída pueda ser un tema en sí, sin necesidad de pasar por grandes filtros dotándola de una naturalidad en la que ya no importa la predeterminación. En este sentido, el fotógrafo vuelve a ser un catalizador y no una estrella o una celebridad”. Disiento de esta declaración porque no hay mirada distraída en un fotógrafo militante. Tal Cual contiene una mirada más exigente; su apelación al fragmento composicional y la captura de signos gráficos o escritos, descontando la complacencia y arsenal iconográfico que provee lo urbano, del que el Pop hizo una fiesta, desemboca en una lectura que remite al punctum, enseñado por R. Barthes; es decir, a esa toma que ’habla’ de una herida. La ciudad talquina. Cualquier ciudad chilena. Ningún rostro o rasgo humano que re-envíe al espectador al humor, a la melancolía, a la parodia: hitos de sensibilidad del que el espectador pueda aferrarse como de un salvavidas. En este plan, Francisco Flores no hace ninguna concesión. Los formatos de la exhibición desmitifican el gigantismo del avisaje urbano. Lo hacen de bolsillo. Queda la sensación que uno podría guardarlo en algún bolsillo de la memoria. Es inevitable pensar que es su estética lo que le hace descalzarse de los tres fotógrafos mencionados.
Un aspecto ulterior al cual poner atención: en el volante de difusión escribe “una mirada anodina y contemporánea”; esta frase comparece como un subtítulo. Mediante la manipulación del diseño digital pareciera haber quedado impreso sobre trozos de masking-tape, previamente adheridos al fondo fotográfico de una escena que muestra el perfil de una joven en el preciso segundo cuando activa la llama de un encendedor, en la oscuridad artificial de un restobar o de un pub. Haces de luz se originan en las bases del título Tal Cual. El subtítulo, que hace alusión a ‘lo insignificante, a lo ineficaz, a lo insustancial’, implementa la noción del fragmento, decisión a la base en el enfoque de todas las obras exhibidas. Dato necesario de recordar: al interior de las escrituras ensayísticas, el fragmento remite a la disolución social. Es en este sentido que, dentro del Cuarteto, Francisco Flores es el más puntado.
(Este cuarteto podría ser un quinteto si incluyera a Vania Mihovilovic, quien a la fecha de este reporte ha hecho dos exposiciones. Sin embargo, es necesario esperar. Sus fotografías hasta ahora están subordinadas en extremo a la noción del ‘encargo’. Podríamos decir que son ‘encargos positivos’ por cuanto, al modo del proyecto Fondart de Mauricio Torres Vienne cuando capta el paisaje regional, se destinan a cumplir con las políticas culturales gubernamentales, postergando el acercamiento personal a los temas o a las tematizaciones que entregaron como oferta- a desarrollar- en sus postulaciones al Fondart. Su exposición de las adolescentes con embarazo precoz cabía perfectamente en lo que podría ser una categoría del ‘encargo de un proyecto de servicio social’)
Miércoles 10 de Diciembre de 2008.-
Con la exposición de fotografías, denominada ‘Tal Cual’ de Francisco Flores en la Biblioteca Regional del Maule se ha completado una evidencia histórica de La Primera Década de Fotografía Talquina. Uno podría distinguir tres o cuatro hitos caracterizadores de la emergencia de fotógrafos desligados de la fotografía académica, o vinculados en sentido estricto a lo académico
a.-la Fotografía ha desplazado del protagonismo local a los artistas visuales.
Nota: En la década anterior, R. Villar mantuvo el monopolio de la fotografía, como práctica intencionada. Y se hizo cargo de su política de difusión; así, publicó en los años ’93 fotografías de su autoría, que podrían inscribirse como datos etnográficos de la realidad barrial, localizados-captados en el Barrio El Edén. Estas tomas fueron impresas en un suplemento del Diario El Centro. Adjuntó fichas técnicas estrictas que daban cuenta de las condiciones instrumentales de captura de la imagen.
En años posteriores, Héctor Labarca arrebata ese monopolio. Labarca, en la difusión del medio, aborda el desarrollo de la fotografía como producto cultural internacional y cita ordenadamente a los precursores y a los noveles Por otra parte, copa el recurso periodístico al hacer uso de la página completa que le fuera asignada en el suplemento cultural dominical. Labarca omite, o aborda mínimamente el detalle técnico que acompañó la toma, e incursiona en el sentido de la imagen. O en el montaje que la hizo posible; es decir, por un lado, al ofrecer un registro histórico e internacional, reposiciona la fotografía, y a la vez, al señalar sus trucos al lector-espectador, le quita el rasgo críptico de su factura y la hace hipotéticamente comprensible. Y factible. Los Pie de Foto elaborados por Labarca, que se detenían en los datos históricos y en los contextos socio-políticos, se abordaron sin alardes técnicos o narrativos. Su única dirección fue apuntar a la comprensión y a la masividad de su recepción y logró transmitir el entusiasmo por su apreciación estética.
Hay que decirlo: es Labarca quien ha captado fotografías de Bienal. (Su fotografía de un detective, del que el espectador observa sólo su Colt calibre 38 tendría una cabida indesmentible en la exposición Sutil Violento, de estos días, en el MNBA).
Un aspecto importante de consignar: los artistas visuales que han tomado el registro de representación mecánica lo han usado en calidad de post-fotografía, vale decir, en material de trabajo artístico, y no arte en sí mismo, en su completad expresiva, no han traspasado el límite del peso de la fotografía como referente puro: cito el caso de la obra de Loreto Pérez, Simón Fuentes y Alejandro Cáceres. Este trío de artistas visuales le asigna un comportamiento y utilidad no documental. En la exposición celebratoria del Día de la Fotografía Alejandro Cáceres hizo un montaje donde se manifestaba con certeza ese arranque hacia el comportamiento pictórico -también objetual- de las imágenes. No así Mauricio Torres, quien, si bien no documenta, si aborda la fotografía como encargo –en particular su última beca Fondart-, pero allí no ha superado la estética de la Revista Fibra.
b.- la existencia de un Cuarteto de Fotógrafos
Este Cuarteto lo conforman:
Elisabeth Gumberguer Alfredo Morán
Héctor Labarca Francisco Flores
Gumberguer, Labarca y Morán establecen una marca de producción, gestión y montajes para su sanción pública con una presencia muy definida, porque cada uno consigna más de tres o cuatro muestras individuales.
La Exposición ‘Maula’ De Héctor Labarca marcará un antes y un después por su opción de hacer el primer catálogo con tapas dura; decisión volcada a superar la mezquindad de su recepción por parte de los espectadores atentos talquinos.
(Tres días antes de su inauguración comenté a un agente cultural local esta noticia, aderezándola con el gesto de entusiasmo por continuidad expositiva de Labarca y, ante estas apreciaciones, él dijo: ‘ahí va a estar toda la taquilla’. En la exposición misma escuché otros comentarios: ‘lo mismo de siempre’, ‘no hay un estilo personal’ Sin embargo, en las obras expuestas había varias fotografías dignas de Bienal. La fotografía que capta un juguete plástico que representa un superhéroe, con gotas de sudor en su rostro y en su cuerpo, contra un fondo de paisaje maulino es inolvidable. Esa es otra fotografía de Bienal)
El conjunto de fotografías de esa exposición supera el supuesto marco del encargo, es decir, ilustrar una lectura literaria del ethos regional.
c.- Características de los enfoques y tomas
Apresuro una precaria lectura coyuntural:
Flores: Mirada modernista Gumberguer: Encuadre Clásico
Labarca: Tradición Modernista Morán: Relectura del Original
1.- Héctor Labarca. Si las fotografías de ‘Rodri’, fotógrafo comercial del medio siglo pasado, quien no tuvo una manifiesta intención de hacer una fotografía artística, es, sin embargo, un obligado referente de fotografía documental local, Labarca acentúa esa opción de mirada, pero agrega un entrenamiento y experimentación tanto en encuadre, colorido y pose. Y pone en obra el gesto moderno de la ironía, la parodia y el humor, que a veces suele superar la convención de la toma.
(Lo irónico del acercamiento de H. Labarca: alrededor de los primeros años noventas en fotorreportajes de la prensa impresa es retratado como espectador anónimo, junto a otros lugares donde se ha producido una noticia que requiere la presencia de enviados especiales. Recuerdo una donde comparece con otros individuos contra un fondo donde aparece un barco, siniestrado o a punto de un desguace. Esa aparición previa y performática –anónima- desembocó en un protagonismo sostenido detrás del lente)
2.- Gumberguer no se desmarca de su clasicismo de encuadre y técnica. Su exposición Retratos de Latinoamérica es una demostración de conocimiento, cuidado y lealtad a la fotografía blanco/negro. Sus estudios de erosiones y oxidaciones casi microscópicas, como un universo de color y facetas de lo material, dan cuenta de una posible irrepresentación casi deudora de lo pictórico. El tratamiento que diera a su proyecto Fondant Animitas no hace más que confirmar su vínculo sólido con la tradición clásica de la fotografía.
3.- De los cuatro, Alfredo Morán es quien, a mi juicio, hace una Fotografía (que cumple con el requisito de que sea) de Exportación. Su exposición de desnudos del año 2006 en la Biblioteca Regional, desde el enmarcado de las fotografías hasta la desconfianza puesta en la alquimia técnica,-cuestión que suele atrapar a los maníaco obsesivos y postergar al que busca una expresión artística, dejaron en claro que le asiste una actitud y una convicción directamente encaminada a desmarcar sus fotos del convencionalismo
Es el primer trabajo artístico con modelo (dicho sea de paso: ‘antimodelo’, porque no cuadra con el estereotipo que la industria del desnudo ha acostumbrado al ojo espectador) y si bien pareciera que hubo a la base una intención de narratividad poética, a la hora de dar cuenta del efecto totalizador de la muestra, resalta sólo el clima y la atmósfera logrado por la muestra (en sentido estricto, es el primer fotógrafo que hace un trabajo con modelo. Lo que hemos visto de Orlando Mellado, en cuanto a trabajo con modelo, ha estado bajo la mirada convencional, proveniente del género pictórico del desnudo y la cantidad de fotografías no alcanza los dos dígitos))
Recientemente, en la muestra organizada para conmemorar el Día de la Fotografía, muestra montada en la galería de la Casa del Arte, Morán exhibió retratos, siempre blanco/negro, pero ahora fuera del formato histórico que había presentado anteriormente y con un grado de convicción en el manejo de la pose que no se había visto en la fotografía exhibida en esta ciudad. Esos retratos dan la idea de que fuesen una declaración.
4.- Francisco Flores. Adelanto una conversación con el fotógrafo en el Rincón Radical. En esa ocasión analizamos el desarrollo de la fotografía en Talca. Es el único fotógrafo que hace encuadrar su lógica discursiva y los productos fotográficos. A este respecto: El Jueves 6 de Noviembre del presente año, en el Diario El Centro, publican un breve reportaje anunciando la inauguración de la muestra y recupero una parte de las opiniones de Flores: “Dar la posibilidad para que la mirada distraída pueda ser un tema en sí, sin necesidad de pasar por grandes filtros dotándola de una naturalidad en la que ya no importa la predeterminación. En este sentido, el fotógrafo vuelve a ser un catalizador y no una estrella o una celebridad”. Disiento de esta declaración porque no hay mirada distraída en un fotógrafo militante. Tal Cual contiene una mirada más exigente; su apelación al fragmento composicional y la captura de signos gráficos o escritos, descontando la complacencia y arsenal iconográfico que provee lo urbano, del que el Pop hizo una fiesta, desemboca en una lectura que remite al punctum, enseñado por R. Barthes; es decir, a esa toma que ’habla’ de una herida. La ciudad talquina. Cualquier ciudad chilena. Ningún rostro o rasgo humano que re-envíe al espectador al humor, a la melancolía, a la parodia: hitos de sensibilidad del que el espectador pueda aferrarse como de un salvavidas. En este plan, Francisco Flores no hace ninguna concesión. Los formatos de la exhibición desmitifican el gigantismo del avisaje urbano. Lo hacen de bolsillo. Queda la sensación que uno podría guardarlo en algún bolsillo de la memoria. Es inevitable pensar que es su estética lo que le hace descalzarse de los tres fotógrafos mencionados.
Un aspecto ulterior al cual poner atención: en el volante de difusión escribe “una mirada anodina y contemporánea”; esta frase comparece como un subtítulo. Mediante la manipulación del diseño digital pareciera haber quedado impreso sobre trozos de masking-tape, previamente adheridos al fondo fotográfico de una escena que muestra el perfil de una joven en el preciso segundo cuando activa la llama de un encendedor, en la oscuridad artificial de un restobar o de un pub. Haces de luz se originan en las bases del título Tal Cual. El subtítulo, que hace alusión a ‘lo insignificante, a lo ineficaz, a lo insustancial’, implementa la noción del fragmento, decisión a la base en el enfoque de todas las obras exhibidas. Dato necesario de recordar: al interior de las escrituras ensayísticas, el fragmento remite a la disolución social. Es en este sentido que, dentro del Cuarteto, Francisco Flores es el más puntado.
(Este cuarteto podría ser un quinteto si incluyera a Vania Mihovilovic, quien a la fecha de este reporte ha hecho dos exposiciones. Sin embargo, es necesario esperar. Sus fotografías hasta ahora están subordinadas en extremo a la noción del ‘encargo’. Podríamos decir que son ‘encargos positivos’ por cuanto, al modo del proyecto Fondart de Mauricio Torres Vienne cuando capta el paisaje regional, se destinan a cumplir con las políticas culturales gubernamentales, postergando el acercamiento personal a los temas o a las tematizaciones que entregaron como oferta- a desarrollar- en sus postulaciones al Fondart. Su exposición de las adolescentes con embarazo precoz cabía perfectamente en lo que podría ser una categoría del ‘encargo de un proyecto de servicio social’)
No mencionas, como referente local, el trabajo de Ignacia Mesa, Fotógrafa, Grabadora y Docente en la U. Autónoma de Chile sede Talca. No tengo claro si para el caso corresponde, pero en un escenario donde el protagonismo se centra en pocas personas una exclusión involuntaria afecta negativamente la ilustración de una escena regional.
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