viernes, 4 de noviembre de 2011

Tercera Fila

Aclarado el hecho social que estipula que la principal autoridad de la comuna es el alcalde, entonces surge la interrogante cuando en la ceremonia de inauguración de un jardín infantil- donde asiste la primera dama de la nación, la esposa del presidente de un país vecino, la esposa del embajador del país que donó el mayor aporte financiero, el intendente, la directora nacional y regional de la Junta Nacional de Jardines Infantiles- los televidentes descubren al jefe alcaldicio relegado a la tercera fila, como un vecino cualquiera que no está integrado a la plana mayor del protocolo inaugural.
Las posibles circunstancias que explicarían esto variarían en un orden disímil: el alcalde llegó atrasado, la Junji no precisó de recursos municipales, no hay una apropiada sintonía comunicacional entre los personeros de gobierno, etc., etc.: éstas son hipótesis improbables.
Sólo cabe escudriñar ese ‘ninguneo’ en los códigos de la sanción política. (En la última campaña electoral, el asesor del candidato concertacionista, admitió que es importantísimo aparecer dentro de la imagen de los que buscan o tienen el poder político. Él lo planteó como una lucha por figurar; esa lucha- dijo- se da a codazo limpio)
Y así, para explicar la postergación del alcalde, aparece esta hipótesis propia del programa de jerarquización social, emanada desde la cultura de la hacienda y presente en la derecha en el poder: en la pirámide social del patriciado local, el alcalde está en el último escalafón.

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