lunes, 21 de diciembre de 2009


Icono político y Agresión Física

Uno de los posibles listados de los íconos políticos del siglo XX instalaría los retratos de Castro – Che Guevara – Churchill - Hitler – Kennedy – Lenin y Mao, con sus semblantes impolutos revelando aspectos de su carácter y de su fortaleza para avalar sus programas políticos.

La historia, por otra parte, encodifica la errata de sus expresiones para las nuevas generaciones.

Ahora la imagen de Silvio Berlusconi, protegiéndose y refugiándose de la agresión física que le ha derribado dientes y piel de la cara, probablemente inaugure, en este siglo, otra iconografía de personeros políticos: la de los agredidos por los ciudadanos (algo se veía venir cuando el presidente Georges Bush esquiva un zapatazo; y en la escena local es insalvable el episodio del jarro de agua lanzado al rostro de la ministra de educación Mónica Jiménez.

Sin embargo, cabe preguntarse dónde está la errata de este acontecimiento massmediático. La información que corrige el hecho noticioso podría estar asentado en la diagramación de la página del diario La Tercera del día miércoles 16 de diciembre de 2009, donde el diseñador gráfico puso en un mismo eje lector la fotografía de Berlusconi, captada segundos después de la agresión, y a pocos centímetros la fotografía de un réplica metálica de la catedral de Milán, posada en la palma de una mano masculina.

La polaridad semántica de ambas fotografías –una delictual y otra turística- trastocan el sentido de su origen: la aparente lejanía del poder (=el primer ministro italiano ha sido agredido como cualquier hijo de vecino) y la conversión del objeto cultural (=la turística réplica cardenalicia ha mutado en proyectil, en arma), dejando atrás la función artística, destinada a la contemplación estética y a la memoria.

En una primera aproximación, el lector puede suponer que a la base la intención del diseñador de la página fue ‘didactizar’ la noticia para los lectores y apoyar positivamente su comprensión lectora.

Cabe preguntarse por la segunda intención.

domingo, 6 de diciembre de 2009

PoetasyPromesas


El díptico del candidato a diputado, que declara vocación literaria, modifica la lógica de la oferta electoral puesto que lo usual es que ésta se encamine en un registro fotográfico que documente su interacción comunitaria, donde se incluyen padrinazgo/madrinazgo (en este caso, su padre -un exdiputado- lo acompaña en la contraportada), que garanticen al lector una certera adscripción a una red social de importancia, con eficaz conexión a los hitos del poder.

Sin embargo, en el díptico en cuestión, en su interior comparece -ocupando menos de la cuarta parte- la oscura fotografía de la maqueta del futuro Hospital Regional de Talca.

Esta maqueta –genéricamente: volumétrico ensayo de realidad- prefigura el plan proselitista del candidato a diputado; por otra parte, informa acerca del ‘gancho’ que intencionadamente contacta al lector, puesto que el nuevo hospital es una necesidad del entorno talquino. No obstante, los creativos de su campaña no fotografiaron la maqueta real, sino que buscaron la fotografía que divulgó la prensa. Esta búsqueda les llevó a imprimir en el díptico una imagen oscura, con grises muy saturados, que va muy consonancia con el apodo que la prensa amarilla impuso al recinto: el Hospital de la Muerte.

Lo que cuesta admitir es que en su comando de campaña no haya habido la voluntad de disponer de un registro fotográfico menos patético y que, por el contrario, resultase más auspicioso.

La medida de comparación podría ser una propaganda de una oferta inmobiliaria, publicada en el ejemplar de noviembre de una de las revista de televisión por cable; allí el lector enfrenta la siguiente composición iconográfica: una maqueta de un conjunto residencial, constituido por varios edificios de departamentos, está asentada sobre el teclado de un notebook y ocupa el ochenta por ciento de la superficie de la página. La imagen está envuelta en una tonalidad luminosa

La doctrina política, que ofrece una fotografía a oscuras de la principal oferta de una campaña política, contrasta con la oferta inmobiliaria, apreciándose disminuida, casi como portada de novela negra.

domingo, 29 de noviembre de 2009

MediciónyEntregadeLentes


La planta de la sede vecinal del sector Independencia está definida en torno a un patio rectangular con corredores en los dos costados donde se han construidos habitaciones multiuso. En el ángulo, se halla la puerta de acceso al recinto.

Los activistas del candidato derechista han dispuesto varias filas de sillas- unas cincuenta- bajo el parrón junto al corredor poniente. Los ancianos de ambos sexos están sentados y silenciosos. Los jóvenes encargados del transporte de la propaganda han dispuesto los carteles en el suelo, cercando el patio, en su costado oriente, formando un área cuadrangular. Los activistas han instalado una mesa que no enfrenta a los asistentes, sino que está en una posición perpendicular al de las filas de sillas y tres jóvenes -dos mujeres y un hombre- escriben los datos de los ancianos en espera. La papeleta que recibe sus caligrafías no tiene encabezado y está escrita en tamaño doce. Con letras mayúsculas, en la mitad superior, están espaciadamente diagramados los términos FECHA - N°- NOMBRE, RUT - FECHA NAC - EDAD – DIRECCION – COMUNA- FONO

El texto de la parte inferior es el siguiente: “Declaro estar informado de que estos lentes son exclusivamente para evitar los efectos de la presbicia, que no han sido entregados por profesionales de la especialidad y que no reemplazan la visita a un oftalmólogo sino que constituyen una solución transitoria”.

Bajo el párrafo y con idéntica letra mayúscula, se lee:

FIRMA ACEPTACION BENEFICIARIO

El grupo proselitista lo conforman siete veinteañeras uniformadas con jeans y polera azul clara; en la espalda llevan impreso el nombre del candidato y su slogan de campaña. Tres cincuentonas, uniformadas con igual vestimenta, dirigen y distribuyen las funciones. Ellas exhiben un tinturado capilar rubio y la piel un tostado de solarium.

En una mesa instalada en el patio, junto al corredor sur, cuatro muchachas reciben a los ancianos; estos les entregan la papeleta reseñada y ellas les muestran una hoja de papel plastificada que contiene cinco versiones de un párrafo transcrito con distintos tamaños de letras y, luego, desde una caja de cartón, provista con una decena de lentes, les van pasando uno. Ellos se los ajustan y prueban leer las letras pequeñas. Si el anciano o anciana da el visto bueno, ellas escriben una indicación en la papeleta.

Entre ambas mesas, un técnico de sonido manipula un micrófono y un equipo de amplificación. El avisa por altavoz a los asistentes, diciendo: “¡Pase a la medición el número X!”.

Durante el encuentro, la música de fondo es un festivo jingle. Las cincuentonas, cuando se detienen para supervisar y observar la actividad, tararean el estribillo y siguen el ritmo con improvisados pasos de baile.

El día anterior, otro equipo de propaganda, movilizado en una camioneta cerrada, repartió en el barrio una tarjeta de invitación, impresa en papel oficio. En el ángulo superior izquierdo está impresa la fotorretrato del senador. La imagen se observa levemente distorsionada por efecto del ‘fotochopeado’. La altura de la fotografía equivale a un tercio del enmarcado del texto. En él se lee:

ESTIMADOS VECINOS

JUAN ANTONIO COLOMA, SENADOR DE LA REPUBLICA, saluda a usted y tiene el agrado de invitarle a OPERATIVO DE LENTES a realizarse el día jueves 26 de noviembre a las 18:00 horas En la Sede Independencia, ubicada en Los Groños 330.

Dichos lentes se entregarán a personas mayores de 40 años, son solo para leer y sirven para realizar manualidades, enhebrar aguja, etc.

Este lente es una lupa: No es de uso permanente, No se puede ver televisión, No se puede caminar con los Lentes. Medición y entrega de lentes GRATUITA NO FALTES…

- Jueves 26 de Noviembre de 2009.-

martes, 24 de noviembre de 2009

RockyParlamento


En las profesiones de los postulantes al Parlamento 2010 concurren abogados, ingenieros, docentes, arquitectos, etc., y excepcionalmente artistas, sean éstos músicos, pintores, escultores, actores y actrices.

En la década de los noventas, el electorado capitalino supo de la postulación del cantante y músico Florcita Motuda. También han postulado integrantes de grupos folclóricos. Ellos eran –o han sido- parte de un cierto stablishment cultural. La actual candidatura de Claudio Narea rompe esa localización.

En el trayecto por Walker Martínez, entre Mapocho y Alameda, el taxista dice ‘Ese cabro sale. Es que el pueblo en su mayoría es izquierdista y a él lo van a elegir’. Le menciono el caso del también rockero Florcita Motuda, derrotado en su ocasión. Dice ‘Ese haría puras lesera en el Congreso… Si es un payaso’.

Le comento que la gracia de Narea es su postura de nombrar al pan, pan y al vino, vino, desde que integraba la banda Los Prisioneros, en los ochentas. Concordamos en que mientras son candidatos no tienen pelos en la lengua; después, en el Congreso, se auto-restringen. El dice, justificándolos, ‘Se tienen que acomodar’.

Al primer diputado electo por el Partido Verde alemán, su conglomerado le exigió cumplir dos condiciones: la primera, hacer vox populi todo el debate secreto de la cámara y la segunda, entregar al partido el cincuenta por ciento de su dieta parlamentaria; con tales recursos, financiaron la formación de nuevos liderazgos. El taxista dice ‘Eso aquí no lo van a hacer. Seis ‘palos’ no les vienen mal’.

El principal objeto gráfico de la propaganda política de Narea es un díptico que en la portada y contraportada contiene dos fotografías. En la portada se lee una frase, que ondula desde el margen superior: “Otra cosa es con guitarra”. En el borde derecho está impresa la fotografía de una guitarra eléctrica, donde se excluye el clavijero y también la parte inferior y un costado de la caja. La tipografía de la frase es muy similar a la utilizada en las tarjetas de la primera generación de computadores.

En la contraportada está impresa la fotorretrato del candidato con su puño izquierdo cubriendo parte del mentón y, más abajo, el derecho; ambas manos sostienen el mástil de la guitarra, asimilándose al gesto militar de la presentación del armamento. Una frase se imprime desde la comisura izquierda: ”tu voz en el parlamento”; la caligrafía imita la letra manuscrita. Toda la información restante- nombre, distrito, sitio web- corresponde a tipografías ‘computacionales’ y de ‘diseño’. La sección de la caja no presenta alguna de las marcas comerciales de la industria de las guitarras eléctricas.

La conocida alusión a la similitud entre la forma de la guitarra y el cuerpo femenino, que abundó entre los folcloristas y en las poéticas visuales de fotógrafos dadaísta-surrealistas, ha quedado totalmente desplazada.

En la contraportada, el color gris y ocre que recibe la información del postulante tapa la mitad de la página, como si el legalismo de la identificación formal del candidato, que ratifica su función social presentando su guitarra, antecediese al cuerpo del músico.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

VolantesyDípticos


Al final de la dictadura ya no asustaba saludar en la calle a alguien que cargaba bolsos deportivos repletos de propaganda política. A veces, a uno le pasaban un paquete de volantes con el acuerdo de repartirlos, lanzarlos, dejarlos ‘olvidados’ en algún transitado lugar público. Este gesto constituía una especie de acuerdo no declarable.

A pocas semanas del plebiscito de 1988, en la Avenida Cancha Rayada, en un paradero de buses donde permanecían bastantes pasajeros esperando un microbús, divisamos que desde una camioneta Chevrolet alguien lanzaba un paquete de volantes con propaganda anticoncertacionista. La gente no se movió. La camioneta se desplazaba a unos 30 km/h .

En la primera semana de Noviembre, cruzando la Plaza de Armas por la diagonal norponiente –suroriente, una mujer se acercó a ofrecer información de un candidato presidencial. Tal vez, suponiendo que rechazaría su ofrecimiento, dijo: ‘Tómelo, por favor; sólo por recibirlo…’ Se subentiende en ese enunciado que el afán proselitista no era prioritario, que estaba ahí sólo por la oportunidad de un trabajo part-time. Revisé los dos dípticos: uno contenía el programa de gobierno.

Dos horas después, recorrí el mismo sitio y se acercó una mujer joven. Me entregó una miniatura de pancarta, diciendo que era el mensaje de un jardín de párvulos, anexo de una congregación religiosa. Comenté que estaba informado que allí hostilizaban a los docentes sindicalizados. Primeramente, ella eludió responder, pero después dijo: ‘No sé; yo no estoy en el sindicato’.

Al revisar la minipancarta, leo dos leyendas, encerradas en globos, al modo del comic. En una se lee que ese día se celebra el de la discapacidad. En el otro, se enuncia que de todos los tipos de discapacidad ‘la única peligrosa es no tener corazón’.

martes, 13 de octubre de 2009

ElManiquí


“Era la gloria vestida de tul/ con la mirada lejana y azul/ que sonreía en un escaparate/ con su boquita menuda y granate/”.-

Las estrofas de la canción de Joan Manuel Serrat, provenientes de su primera etapa de cantautor, han quedado relegadas a la memoria auditiva de los melómanos adeptos a su canto.

El maniquí, en cuanto escultura útil- encasillable en el arte mimético, disponible para lucir la artesanía del vestuario en la industria actualizada de la moda, se ha instalado en la rutina de los espectadores consumistas durante más de medio siglo.

La evolución de la figura humana femenina ha ido variando en cada década. En la ciudad talquina, a partir de los noventas, son las multitiendas las que instalan los estereotipos europeos longilíneos en las vitrinas y salas de venta.

En los primeros modelos de maniquíes, los de los cincuenta-sesentas, predominó un cierto hieratismo postural.

En las tiendas tradicionales talquinas los modelos de maniquíes corresponden a una suerte de fisonomía corporal intermedia, cercana a la figura corporal de las estrellas del cine de Hollywood.

Durante el 2000, acudí a una galería comercial talquina para fotografiar un maniquí anticuado al que nunca le modificaban la pose. En el momento de ajustar el enfoque, se presentó la dueña del local; dijo que era la administradora de la galería. Informó que fotografiar la vitrina estaba penado por la ley y, enseguida, amenazó con llamar a la policía.

Ese modelo de maniquí estaba exhibido en otro local comercial, donde le habían adaptado la misma pose. El decorador lo vestía con prendas de vestir interior sugeridas para cada estación.

A comienzos del 2005, el decorador de la vitrina lo había puesto un corbatín de colegial de un establecimiento de educación secundaria y la blusa blanca del diseño del uniforme de las estudiantes. La blusa no estaba abotonada y los pechos los cubría un sostén blanco de compleja elaboración. El color del calzón-tanga era de un celeste infantil.

Gracias a que está provisto de articulación en el hombro, el codo y la muñeca, la pose del maniquí permitía que fuese semiocultado el semblante que, en atención a los rasgos fisonómicos, es identificable con el de una mujer adulta, no de una adolescente.

En aquel inicio de estación , por la única vez, el anónimo decorador dejó entrever su imaginería libidinal, guardada y conservada en una atmósfera de constreñida propensión al estupro.

jueves, 8 de octubre de 2009

VolantesPoliticos


Alrededor de un mes antes que se diera la partida a las campañas electorales, en el Barrio Independencia encontré un volante de un aspirante a una candidatura a diputado. Se trata de un ciudadano que en el período antepasado ejerció ese cargo en el distrito 38. El mensaje, tres oraciones con siete renglones, presenta tres particularidades apelativas: “Que vuelva X”, “Talca necesita un diputado que nos defienda”, “Únete al grupo ‘Que vuelva X’ en Facebook”.

La primera observación apela a la disociación que provoca la lectura, porque iza la figura de un prohombre, investido por el mandato popular, propio de las primeras décadas del parlamentarismo y, por otra parte, al mencionar un sitio tan específico del ciberespacio, da cuenta que reconocen la presencia y utilidad de un mercadeo primer mundista y de última generación

Desde otra perspectiva, si a estos sufragistas anónimos, y proselitistas en el ciberespacio, les damos el beneficio de la credibilidad, terminan por levantar una interrogante que surge al denunciar- y denunciar veladamente- que están siendo agredidos. La cuestión es quién los agrede.

En democracia, el poder político, institucionalizado en el Estado, cubre las necesidades de los ciudadanos desde los servicios de los distintos ministerios; sin embargo, el mensaje Talca Necesita un Diputado Que Nos Defienda desde su errónea construcción gramatical está sosteniendo que el dispositivo estatal nacional ministerial no es suficiente, que es necesario personalizar esa demanda de protección en el genio y figura de ese ciudadano que, por la vía del sufragio, formará parte de uno de los poderes del Estado.

Transcurrido un mes, los partidos políticos han hecho pública su nómina electoral y el aspirante a candidato, propuesto en el volante, no comparece en ninguna plantilla, en ninguna oferta, ergo, un anónimo número de diputados continuará en un estado de indefensión –y, de paso, una ciudad chilena- durante un nuevo ciclo parlamentario.

Viernes 2 de Octubre, 2009.

sábado, 15 de agosto de 2009

FilosofíasDelPoder


Durante la inauguración de la Muestra Museo Vivo y las obras ilustradoras de los mitos mapuches (Lunes 5 de diciembre de 2005), realizadas por Andrés Vio, en el Centro de Extensión de la Universidad de Talca, Juan Carlos Aros, poeta y Licenciado en Historia del Arte elabora en una forma dialogal su reflexión acerca del poder y los vínculos que el sujeto puede o no establecer con él.

Según su experiencia, el poder implica o se sustenta en la comunicación. Si el sujeto está excluido de la comunicación, o fuera de su circuito, o autoexcluido, no existiría en forma práctica para el poder.

Enseguida, agrega una segunda situación que afectaría al sujeto: no llevar a cabo una experiencia relevante frente al poder. El lo metaforiza en ‘atreverse a lanzar la piedra’. En esta reflexión agrega el dato humano de que al sujeto lo pilla la edad, que llega un día en que ‘no quiere seguir lanzando la piedra’, pues lo vence la siesta y la contemplación. Y en eso se le pasa la vida y muere; ergo, no hubo relevancia ni atisbo de destacarse frente al poder.

Existe, a su juicio, un tercer aspecto en el tema: el poder vincula a los sujetos desde un punto de vista aristocrático. Lo ejemplifica diciendo que un individuo puede destinar toda su vida a estudiar una rama del conocimiento y no ser nunca tomado en cuenta por el aparato que administra el poder; su conceptualización podría ser de elevado nivel y, por las operaciones del poder terminar anulado y subsumido en la irrelevancia y en la negación de notoriedad.

Pero, ¿como solucionar la reflexión en torno a la opción de aquellos individuos que gestan su accionar desde un ámbito alejado del poder? Para ello, cita el caso de un creyente que carece de toda nombradía, excepto por su ‘peso moral’. Concluye que esta dimensión valórica no basta a la hora de confrontar el poder: su accionar queda frenado porque si ese individuo hace una invitación congregante los posibles invitados, ante la obvia perspectiva de que él no posee un poder real (político, económico u otro), con toda facilidad e impudor pueden negarse y se verifica de este modo que el simbolismo(moral) del poder no es suficiente.

A la digresión planteada con los ejemplos de las figuras que optan por una vinculación fuera del poder- ya sea vaticanista, o de otro origen o naturaleza- , se trataría, en el continuo de la reflexión, de una cuchufleta, de un artilugio medio tramposo y falaz, en cuanto dato que revela alguna verdad acerca del Poder.

Por otra parte, en cuanto a la necesidad de pensar en los programas individuales que buscan o proponen un desarrollo paralelo o desligado del accionar del poder, se trataría ni más ni menos que de una entelequia.

jueves, 11 de junio de 2009

ColegioSantoTomas


En las agencias de publicidad aún es un lugar común: si un cliente demanda un diseño o una imagen de excelencia académica, su nombre o mensaje será escrito con tipografía itálica.
Tal digresión está vinculada con la observación que el espectador puede hacer al dirigir la mirada a la fachada del nuevo edificio del Colegio Santo Tomás, establecimiento construido en la intersección de la Avenida Schorr y Concha y el Camino a Colín. Allí, apoyándose en el muro frontal, las letras que forman las consonantes y vocales del nombre del establecimiento sobresalen al menos un metro sobre el nivel de las techumbres y su altura equivale al treinta o treinticinco por ciento de la altura de las salas de clase.
El término de la lectura culmina con un estilizado supuesto retrato del patrono del colegio. El retrato está inscrito en un círculo y la figura, representada en el gesto del lector –escritor, enfrenta las letras que la designan.
Se podría inferir que el retrato del santo operase como el punto del nombre de fantasía, Colegio Santo Tomás.
Las letras itálicas, confeccionadas en aluminio pulido, se recortan sin aspaviento contra el cielo. Sin embargo, entroncan abruptamente contra el retrato del santo, pintado sobre una porción de la fachada que se eleva en muy poca medida sobre la altura de consonantes y vocales. La construcción que soporta el retrato semeja un ultra estilizado minarete.
El, o los arquitectos, quieren exponer al usuario y al espectador a una imagen corporativa ofrecida como sintagma compuesto por signos escritos y visuales, con una perentoria carga triunfalista. Para ello, ha asimilado índices formales de notoriedad desde imágenes corporativas dedicadas a otros rubros económicos, y las ha trasladado al de la provisión de educación.
Cabe preguntarse acaso la solución tan contrastante (tamaño de letras versus la altura de los tres pisos de la fachada) vendría dada con una rotunda ampliación del retrato del patrono.
O también cabe la posibilidad que en el diseño de la fachada y el tamaño de las letras, el arquitecto sabiamente supo interpretar y expresar el proyecto educativo institucional.

martes, 9 de junio de 2009

CarmenBerenguer


Encuentro con la poeta Carmen Berenguer
17:55 horas del día Jueves 27 de Noviembre ’08.
Llego a la Sala Emma Jauch. Soy el primero y la citación es a las 18:00 horas para el encuentro con la poeta Carmen Berenguer. Los auxiliares han dispuesto las sillas en tres secciones frente a una mesa, que hará la función de testera. Sobre la mesa un micrófono, un jarro con agua y tres tarjetas de identificación, de izquierda a derecha: Señor Pablo Brodsky, Representante Consejo nacional de la Cultura/ Mariana Deisler, Directora Regional de la Cultura y las artes/ Carmen Berenguer, Poeta.
Detrás de la mesa, el mural Chile, ejecutado por el pintor Claudio di Girolamo respaldará a los ponentes.

Llega la segunda asistente. Es Mariana Deisler. Nos saludamos. Me pregunta acaso ha llegado la gente. Luego infiere que tal vez hayan ido a conversar con la directora del centro de extensión, María Teresa Guerra. Un auxiliar, que entró a acomodar un micrófono en el podium, le comenta que pareciera que ‘la poeta anda por ahí’. Ella sale. Regresa y me dice que ojalá llegue alguien. Le digo que al menos dos personas están aseguradas: yo y un amigo al que invité. Me dice: tuvimos que cambiar el día. Decidimos mantener la misma hora y lugar, porque si cambiamos la hora, ahí sí que no llega nadie. Le digo que si todos abrieron su mail a última hora del día anterior, pudieron re-agendar sus compromisos. Me dice que barajó la posibilidad de cambiar el encuentro para el día viernes, pero la desechó: ‘En ese día ahí sí que no aparece nadie’.
Me cuenta que ella estaba en un curso que se está realizando fuera de la ciudad, y lo dejó para salir disparada a recibir a Carmen Berenguer
-Voy a ir al baño antes que llegue, dice y sale de la sala. A su regreso ha llegado Mirna Pavez, funcionaria de Integra ella es Profesora de Educación Física, exonerada del principal establecimiento municipal subvencionado talquino en plena dictadura. Más o menos un mes después de su expulsión, me topé con ella en la Avenida Dos Sur; nos saludamos y con esa entereza que suele caracterizar a los militantes comunistas, me dijo: Me echan por ser comunista, pero tengo que comer. Si me prohíben vivir mis ideas políticas, está bien, pero no me pueden impedir ganarme la vida y dejarme imposibilitada de trabajar’. Nunca he olvidado esa declaración suya. Por esos días, yo acumulaba doce meses continuos de cesantía.) Mariana Deisler la saluda. Conversan algo. Luego se acerca. Comienza a sacar las tarjetas adheridas a los respaldos de las sillas de la primera fila. En ellas están escritos los nombres de las autoridades académicas. ‘¿No sé por qué en esta universidad esperan que las autoridades asistan, si no vienen nunca? Así nos podemos sentar más cerca de la poeta, dice después. Se acerca y me dice que Mirna Pavez le ha dicho que vendrán funcionarias de su oficina, quienes vienen saliendo de su huelga. Mariana reflexiona ‘ya es algo’. Abre su cartera. Saca una hoja de papel. Enseguida se pone sus anteojos. ‘Voy a leer su currículum mejor. Me lo enviaron hoy día’. Lee reconcentrada.
Entran unas colegialas con tres profesores, una librera que lo primero que me dice es que se ubicará cerca de los parlantes de amplificación, las compañeras de trabajo de Mirna Pavez, una joven poeta que publicó a los diecisiete años y aún no cumple los veinte, el amigo que invité, Gabriel Rodríguez…
Esto ocurrió antes del ingreso de Carmen Berenguer a la sala. Apenas hubo entrado todo se aceleró porque a continuación el etnólogo Joaquín Hasbún presentaría un video documental acerca de las técnicas de tejido que han prevalecido en la costa norte del Maule. Carmen Berenguer hurgó en su maletín y sacó varios ejemplares de poemarios suyos. Mariana Deisler leyó su curriculum. Jorge Matteos lo complementó leyendo el listado de performances y acciones de arte. Leyó varios poemas. Leyó algunos de su poemario dedicado a Bobby Sands.
En este poemario estableció una analogía simbólica con lo que se vivió en el país. Enseguida contó que después de haber escrito el conjunto de poemas estudió lo que sucede a la fisiología de quien muere por inanición.
Yo llevaba una pregunta preparada: ¿Qué ha quedado vigente y qué obsoleto de la escritura de mujeres en el espacio social post-dictadura?
La respuesta de Carmen Berenguer es que las nuevas generaciones de mujeres no se interesan por el tema
-‘Estudios y experiencias en ese ámbito quedaron dispuestos en mallas curriculares y hoy son objeto de estudio en las universidades’.
La paradoja de lo anterior es que el descubrimiento de una inflexión social se redujo a un saber oficial.
-‘Ceíamos haberlo pensado todo’
-‘Mis amores poéticos han sido siempre el lenguaje’
Y el verso que queda flotando en la memoria, en cuanto producto cultural impensable en nuestra premio Nobel:
-“Entre mis piernas la serpiente expulsada del Edén”.
En un momento de su lectura, Mariana Deisler abrió uno de los libros de la poeta para mostrar a la audiencia el dislocado régimen diagramático que estaba irrumpiendo las páginas.
Se apuró el término del encuentro para dar cabida a la presentación del proyecto del documental. Carmen Berenguer vendió algunos ejemplares de su último libro:”La Casa de la Poesía”. En el que me regaló, escribió una dedicatoria en que se lee:”Para Reinaldo Moya, por aquellos gloriosos 80s”.
En el mismo día regresaba a Santiago.

Volantes



En la esquina sur poniente de Avenida Dos Sur con Calle Tres Oriente, observé en la acera un papel de una longitud equivalente al ancho del tamaño standart de una hoja de oficio. El ancho lo estimé en unos cinco centímetros; había sido recortado con tijeras. El entintado revelaba la irregularidad de grises que provee una fotocopiadora. Con la caligrafía con que usualmente se identifica el trazado manuscrito femenino, abundante en formas circulares, habían escrito el número de un teléfono móvil, el nombre de pila de una mujer y una frase breve declarando una oferta sexual. Esto sucedió en Noviembre de 2005.
La oferta de comercio sexual es conocida en la prensa escrita local y comparece en la sección Avisos Económicos.
Cuando ha transcurrido casi un quinquenio, en otro sector de la ciudad –en Calle Uno Sur, a pocos metros de la Avenida Salvador Allende, donde comienza el comercio establecido en forma continua-, encontré una tarjeta de servicios profesionales facturada con la resolución formal que denota la participación de un profesional del diseño. En un primer avance lector, uno sólo distingue información escrita y lo que se presenta esquivo es la información visual, es decir, la iconografía del segundo plano. El mensaje escrito es breve: número de telefonía móvil, nombre femenino y frase de promesa de goce sexual. Pero a primera vista en el segundo plano uno percibe una especie de paisaje. Luego es posible reparar que las formas corresponden a una parte del torso femenino reclinado. El fragmento corporal ha sido fotografiado desde un costado, a cuarenta y cinco grados. Casi de inmediato, la posición corporal descrita, remite a la pintura titulada Gran Desnudo Americano del artista estadounidense Tom Wesselman. Y la atención persistente produce un destilado: la ilusión de arbustos en el paisaje son cúmulos de helados depositados sobre el abdomen. El volumen de las porciones de helado también hacía alusión a llamas espaciadas, particularmente cuando la superficie se identificaba con un paisaje.
La comparación con el Aviso Económico, publicado con el mismo propósito, es decisoria: en el periódico suelen ocupar una fotografía de una actriz norteamericana; en la tarjeta el cuerpo femenino es anónimo. Otra: en el periódico el cuerpo femenino está vestido y a cara descubierta enfrenta al lector; en la tarjeta, el torso reclinando, como en los desnudos de Wesselman, comunica la disponibilidad inmediata y las porciones de helado significan al cuerpo como postre adornado de crema..
En Mayo de 2009, el transeúnte puede toparse con otro aviso similar: ‘Joven Gay Satisface Todos Tus Deseos’. La fotografía muestra a un veinteañero en posición decúbito, con cuidado corte de pelo y, en primer plano, su rostro, que observa al lector. Sus manos se entrecruzan bajo su mentón y sus codos se apoyan en la cama. Viste un short blanco y un hálito
deportista enfatiza el mensaje de salud, vitalidad y belleza juvenil.
Si en la tarjeta de oferta sexual femenina no se distingue otra cosa que piel, cuerpo y helado, en éste se percibe la fracción de una cama y en un tercer plano la fracción de una ventana o cortinaje. El tamaño de la tarjeta es un rectángulo cuatro veces superior al de la tarjeta de servicios profesionales.
En un quinquenio, la mutación del volante, promoviendo el comercio sexual, se ha desplazado desde la caligrafía fotocopiada a la impresión electrónica doméstica.

SalaDeEspera



Jueves 23 de Abril de 2009.-
Clínica Visual Sala de Espera.-
Al buscar el sitio de emplazamiento de la instalación titulada Raíz del Todo, del artista Víctor Núñez-una de las cuatro del proyecto Fondart Clínica Visual Sala de Espera, que rotarán en cuatro consultorios talquinos- en el Consultorio de Salud Pública Carlos Trupp, pregunto a las auxiliares de aseo y accedo al lugar que ellas denominan’ pasillo rojo’.
La auxiliar de aseo del sector me dice que los usuarios no respetan la instalación- de hecho, varias piezas habían sido desprendidas del piso y ella decidó guardarlas en una bodega; posteriormente observé en el piso las huellas de la silicona con que habían sido adheridas-. Cuando conversábamos, un niño de unos cinco años caminaba entre las formas arbóreas que emergen desde el piso y otras que suspendidas del cielo raso.
Por un altavoz anunciaron que la charla de los artistas estaba próxima a comenzar. Me dirigí al lugar y allí estaban los artistas visuales Simón Fuentes, Loreto Pérez, Víctor Núñez y el arquitecto Walter Estévez.
Llegó una veintena de pobladores del sector, vinculados a destintas organizaciones sociales y también una decena de funcionarios del Consultorio.
Los artistas explicaron que en cada consultorio uno de ellos ha dado una charla sobre el tema Arte y Salud.
Víctor Núñez, presentado por Estévez, planteó que en su metodología de trabajo se preguntó desde dónde enfrentar el trabajo artístico; se preguntó cuál sería el punto de partida.
Comentó que en la convocatoria verificaron que todos habían ejecutado obras en el espacio público. La instalación La Raíz del Todo, explicó Núñez, se facturó a partir de su revaloración de las manualidades escolares como posibilidad de hallazgo y manipulación de materialidades. En este aspecto, en su opinión, con la instalación La Raíz… el proceso productivo devino en terapia, y con él pudo capturar la textura y la estructura del volumen arbóreo y cumplió la función que tenía que cumplir: suscitar el cuestionamiento del espectador desde la procesualidad del lenguaje artístico.
Los escuchas demostraban tener afianzado el entrenamiento del liderazgo poblacional y la capacitación que enseña la pertinencia de la opinión interesada y el comentario involucrado; así, durante la proyección del archivo visual de la obra anterior de Núñez no hubo interrupción y el artista pudo explayarse y progresivamente introducir a las escuchas a su lenguaje artístico y a su propuesta de instalación.
Consigné varias intervenciones de los asistentes:
Espectadora 1: ‘Lo que aprecio fue un estudio de la naturaleza. Le faltó comunicación, un texto explicativo. La gente se interesaba y preguntaba ¿qué significa?, porque no somos tan analfabetos como la sociedad cree’.Termina diciendo que, a su juicio, la idea que le sugería La Raíz…era la de cuidar la naturaleza.
Espectador 2: ‘Sugiero dar un poco de apoyo en la parte texto’.
Espectador 3.’La obra cumplió su objetivo; la gente se quedó interesada e intrigada’.
Espectador 4: ‘Cada uno ve lo que quiere ver’.
Espectador 5: ‘Nosotros entendemos tanto de Arte como de tenis’.
Espectador 6: ‘(La instalación) Ha servido a la comunidad para hacerse preguntas. Están haciéndose preguntas y experimentando sensaciones que son distintas. La proyección que suscita ya es ganancia para uno, para el día a día. La obra de arte nos saca del día a día. Preguntarnos ya es saludable’.
Espectador 7: ‘Me ha quedado la convicción de que ya no es sólo la enfermedad por la que se llega al consultorio’
Espectadora 8: Se pregunta por qué la imagen del afiche del proyecto (la ampliación de un grabado antiguo con la representación de una figura humana agredida por distintas armas cortopunzantes, martillos, porras y flechas) y se pregunta ‘¿Por qué la imagen? ¿Qué me quiere decir la imagen? ¡Es mucho dolor! ¿Qué me quiere decir el martillo? A simple vista hay mucha dureza’.
Espectadora 9: ‘¿Qué provoca las imagen? La imagen de la crucifixión: dolor y bondad’.
Espectadora 10. ‘La imagen representa la actitud agresiva con que andamos todos. Todos andan agresivos’.
Durante el diálogo, Núñez apuntó que La Raíz… consiste en volver a activar la interrogante, pero no en pos de una respuesta didáctica; dice que una respuesta racionalizada no da cuenta del hecho estético.
Cuando un espectador señaló su ignorancia del fenómeno artístico, Núñez afirmó ‘los seres humanos somos la cultura. Por eso nos estamos explicando’. Esto ocurría casi al final de la charla y una mujer señalaba que de no ser por el encuentro y la información entregada, ella no habría entendido la obra. En ese momento Loreto Pérez afirmó que la calidad de vida mejora si hay arte.
Durante la seguidilla de comentarios y opiniones, Estévez informó que estaba dispuesto un cuaderno para recibir las opiniones. ‘Es el corolario de la obra’, dijo.
A continuación se desconectaron algunos equipos y los artistas se dirigieron a la instalación. La auxiliar de aseo les entregó tres piezas y procedieron a reinstalarlas. Eran cerca de las 18:00 horas.

lunes, 9 de marzo de 2009

Termoelètrica


¿Dónde Está el Artista?
A principios de Octubre de 2007, en la mañana de un sábado, a eso de las once de la mañana, un minibús estacionó en la Calle Uno Poniente y rápidamente descendieron niños, mujeres jóvenes, ancianas y hombres de distintas edades. Portaban pancartas con leyendas oponiéndose a la instalación de una central termoeléctrica a carbón, en una zona costera próxima a Constitución.
Alguien del grupo, que rápidamente se reunificó para marchar por la Calle Uno Sur, me entregó un volante.
El papel utilizado era de poco gramaje y similar al que utilizan las campañas políticas con presupuesto reducido.
Ese naciente movimiento ciudadano derivaría en un gesto opositor que bien podría dejar pálida a cualquier obra del Burning Man Festival, pues construyeron el ataúd más grande del mundo. Lo emplazaron verticalmente en la playa donde el gobierno autorizaría la construcción de la central.
En una de las caras del ataúd monumental, con nítidas letras blancas, se lee:
“ PRESIDENTA: Ud. Decide a Quien Sepulta”.
Leyendo el panfleto, y luego de observar la entusiasta disciplina de los integrantes del colectivo, capté que había observado a un movimiento ciudadano que, para defender su causa, no aceptaba la desmovilización.
Semanas más tarde, cuando plantaron el ataúd monumental en la playa. ratifiqué mi intuición del repliegue de los artistas visuales y de que ese objeto definía una evidente manifestación del arte social. Y ese movimiento ciudadano podría pasar por una escultura social en cuanto movimiento ciudadano cuya actitud da forma a una conciencia.
Del repliegue social de los artistas visuales: a mediados de los ochentas, en un ejemplar de la revista Humboldt, circuló una reproducción de una pintura, probablemente ejecutada en los setentas, titulada “¿Dónde Está el Artista?”. El cuadro recrea un taller donde en el segundo plano se observa una ventana abierta de par en par. Por allí se divisan las pancartas de una manifestación. En la habitación, en el costado izquierdo, se observa un atril de pintor con una tela blanca dispuesta para su utilización.
El día sábado 18 de noviembre en el improvisado cierre dispuesto en la vereda norte de la calle Uno Sur, entre la Tres y la Cuatro Oriente, descubrí varios afiches que invitaban a un foro en el Centro de Extensión de la Universidad Católica del Maule. El afiche contenía cuatro fotografías y estaba impreso en un papel couché de óptima calidad. La invitación consistía en analizar el problema ecológico, Los Derechos Humanos y la Economía Sustentable
Asistí al foro el día Jueves 23 de Noviembre. Llegaron casi treinta personas. Reconocí a algunas integrantes de un colectivo feminista.
Minutos antes del comienzo, se sentó a mi lado Lisandro Roco, profesor de biología. Me dijo que estaba trabajando en la Fundación CRATE. Hace dos años fuimos compañeros de trabajo en el mismo colegio.
Presentaron a los panelistas. El representante de Amnistía en Chile, una docente ingeniero forestal de la UCM, una psicóloga de una Ong y un profesor, que lidera el colectivo que se opone a la construcción de la termoeléctrica. En el tema convocante ese profesor era el único panelista que no estaba adscrito a instituciones, como el resto de los panelistas.
Los primeros tres panelistas expusieron conceptos y cifras frente al tema y respetaron el tiempo de exposición. El timbre de voz de estos participantes se mantuvo medianamente bajo. Cuando le tocó su turno al profesor, el volumen de la voz aumentó. Su exposición excedió los tiempos del foro. Enunció el viaje en la defensa de un territorio, que cualifica como un alfabeto de la resistencia civil:
A.- Como cualquier habitual lector de un periódico se informa acerca de la construcción de la termoeléctrica. B.- Se reúnen en casa de un vecino dieciséis lugareños, impactados por la noticia. C.- reúnen información y se enteran de los plazos para hacer indicaciones a la iniciativa del grupo empresarial que se ha adjudicado la construcción de la central. D.- Ingresan a Internet y se enteran que antes de sesenta días deben hacer las observaciones. Ninguno tiene capacitación para hacer observaciones técnicas, sólo les anima el amor a su territorio y su paisaje. E.- Descubren que forma parte del directorio de la empresa que construirá la central, a quien fuera un importante personero del primer gobierno concertacionista. F.-Acuden a la Municipalidad de la localidad afectada por el funcionamiento de la central, y la primera autoridad alcaldicia se desentiende del problema y minimiza el impacto ambiental por venir. No aporta información relevante G.- La prensa se muestra indiferente a sus peticiones de investigar y denunciar. H.- Se desplazan a las ferias libres y a la Fiesta de la Candelaria para mostrar su disconformidad y alertar a la población lugareña. I.-Entre los paisanos buscan profesionales. Los días pasan y se acortan los plazos para presentar observaciones. J.- Ninguna universidad regional les ofrece algún tipo de apoyo. K.-Cuatro días antes de expirar el plazo, entregaron seiscientas observaciones. L.- Viajaron a distintas localidades para denunciar e informar. M.- Deciden construir el ataúd más grande del mundo, de manera de llamar la atención de la prensa. N.- Llega la televisión ante el suceso y emite la noticia durante veintiocho segundos. O.- Tratan de convocar los diputados y senadores de la zona y el distrito: no estaban ubicables y de ellos no hubo presencia. P.- Después de un año de movilización crean la Corporación de Defensa de la Costa del Maule. Q.- Entonces, llegó el senador Avila. R.- El diputado Lorenzini nunca apareció. S.- El profesor Julio Gonzáles, Presidente de la mencionada Corporación, ejerce la docencia en San Fernando y hasta la fecha del foro viajaba con frecuencia Cauquenes y Chanco para continuar su protagonismo en esta versión de una saga liliputiense.
En el instante que la moderadora ofreció la palabra a la audiencia, me retiré. Caminé por la calle Uno Poniente y a esa hora el alumbrado público delineaba la mezquina arquitectura de las viviendas. La noche parecía más oscura. Recordaba el dato entregado por el señor Julio González: la termoeléctrica será la más grande de Latinoamérica y, al entrar en funcionamiento, con toda seguridad destruirá la fauna, la flora, el paisaje, las fuentes laborales asociadas a la pesca artesanal, el incipiente turismo y la salud de los habitantes del sector del emplazamiento.
En los casi noventa días posteriores al foro, uno percibe la tibia intervención de los políticos y no se sabe a ciencia cierta acaso la maquinaria licitadora estatal se ha detenido. Y se desconoce el nombre del artista anónimo que desafía al poder con el izamiento del ataúd más grande del mundo. Ese caliente involucramiento no ha llevado a adherir a los artistas conocidos y reconocidos del circuito local. Entonces, viene bien acordarse de la interrogante: ¿Dónde Está el Artista?

1.- (Fotorreportaje publicado en el Diario El Centro el día 14 de Enero de 2008)

Concierto


13 de Enero DE 2009.- Concierto Dúo de Guitarra y Canto.
Ilse Simpfendorfer y Alberto Pérez.
Sala Emma Jauch,
Centro de Extensión de la Universidad de Talca.
A las 20:00 horas la audiencia, alrededor de medio centenar de personas, en espera está compuesta por personas de la tercera edad, melómanos que se conocen entre sí y seguros asistentes a los conciertos que se ofrecen en Enero y aparentemente son vecinos del sector residencial próximo al Centro de Extensión.
Las sillas las han dispuesto en tres grupos y enfrentan el mural Chile que ocupa la extensión del muro norte, dejando un limitado espacio como escenario. En la última corrida de sillas distingo a Roberto Aravena, el Amigo del Arte. Me dice que en esos mismos instantes en otro centro universitario exhibirán la película Brasil. Me pregunta si la he visto. En un teatro independiente presentan una obra, agrega. El no sabe si quedarse o partir a una de las dos actividades.
Entre los asistentes no se encuentra la Directora del Centro, María Teresa Guerra. Es una extrañeza, porque siempre está recibiendo al público. Cada vez que se ofrecen recitales los dípticos informativos están puestos sobre las butacas o las sillas; esta vez hacen entrega de un ejemplar cuando el espectador ha tomado asiento. Me llega uno y al leerlo descubro una novedad: entre el texto del curriculum aparece el teléfono de los intérpretes, la dirección de su domicilio y su correo electrónico y escuetamente se lee que esa información es para su contratación. Estos datos no son habituales. No tengo registro en mi memoria de algo semejante.
La conversación con el Amigo del Arte ha derivado al tema del amor y las dificultades con las mujeres jóvenes actuales. Según Aravena sólo se preocupan del carrete, no son fieles y si el varón no dispone de dinero no hay expectativas de continuidad. Le replico que sus probables dificultades estriban en que él es muy exigente y lo invito a contemplar las mujeres presentes, cosa que a él no le parece.
Antes que lleguemos a cualquier conclusión, ingresan los intérpretes. Ilse Simpfendorfer lleva un vestido negro de una pieza y –curiosidad en una cantante, que la diferencia con las que han participado en temporadas anteriores- sobre su hombro izquierdo sujeta un chamanto con su mano derecha. Alberto Pérez viste una ancha camisa blanca, tipo guayabera, con lo que desplaza la formalidad en el vestir que uno suele presenciar. Dice que interpretará una tonada, que luego se centrará en su presentación y en un segundo tiempo Ilse hará su propia actuación. Luego saca de su guitarra los acordes de una tonada e Ilse descubre un pañuelo blanco que había ocultado bajo el chamanto y, mientras canta Alberto Pérez, y lo agita en su mano para hacer el delicado movimiento de la cueca. Terminada la pieza musical, ella se retira de la sala.
A continuación, Pérez interpreta canciones en francés y en español. Canta canciones de Violeta Parra. Interpreta canciones propias, musicalizadas a partir de poemas de poemas de Pablo Neruda. Entre las canciones, cuenta con una naturalidad propia de un encuentro con un cantautor en un pub, que se hizo ciudadano suizo tras haber arribado a su exilio, que cumple las funciones de concejal y, dado su dominio de tres de los cuatro idiomas que se hablan en Suiza, hoy él es quien acredita las solicitudes para obtener esa ciudadanía. El dominio de al menos uno de los idiomas es requisito insalvable.
La audiencia se empieza a distender y a los comentarios humorísticos de Pérez (‘Ahora cuando vengo, veo una acequia y me emociono. Allá no hay acequias’) se escuchan risas y breves intentos de interlocución espontánea. El cuenta entre sus anécdotas el encuentro con Charles Aznavour, ‘un viejito chico y canoso’, el mismo día en que oficialmente le entregan la ciudadanía suiza. Para celebrar este esperado acontecimiento, en un recinto comunitario han organizado un sencillo cóctel. Sentado en un extremo del salón, Pérez reconoce a Aznavour. Se acerca, y le comenta que él había asistido a ver sus presentaciones en Chile, antes del setenta y tres. Aznavour lo mira y exclama: ¡Ah, usted es chileno!’ .Cuando escucho esas anécdotas, observo que ha llegado la directora del Centro y se ha sentado entre el público y no en primera fila, como siempre suele hacerlo.
Entre anécdotas e interpelaciones y humor, la decena de canciones se disfrutan en una atmósfera inusual. Antes que termine su presentación, el Amigo del Arte se retira.
En la última interpretación, Pérez anuncia que habrá un receso de cinco minutos y luego Simpfendorfer ingresará para hacer su presentación. E informa que ésta es la primera vez en que hacen una presentación juntos.
Nadie se mueve de su asiento y se percibe que el lapso transcurre rápido.
Cuando se reinicia la presentación, Ilse Simpfendorfer ingresa nuevamente y esta vez viene ataviada con las joyas mapuches tradicionales, el trarilonko, adornado con las cintas de los colores de la bandera mapuche, y un sikil de tres cadenas. El público está sorprendido y admirado. Ella dice que interpretará tres canciones en mapudungun, acompañada de pérez en la guitarra, aclarando que no es rigurosa en cuanto interpretación porque el canto debe ser a capella, y previamente traducirá el mensaje de cada canción. La interpretación que hace enseguida está dentro del estricto canon del canto lírico. La audiencia escucha en un silencio de alta reconcentración. Y es la primera vez que escucho una pieza musical en mapudungún en la programación de la extensión universitaria. Luego, canta piezas operáticas, haciendo una breve introducción.
En la penúltima interpretación, cantan a dúo la tonada a Manuel Rodríguez, con letra de Pablo Neruda.
Lo que viene a continuación no es la guinda de la torta: Pérez anuncia que cantarán a dúo una canción-homenaje a ‘otro guerrillero, al Che Guevara’. El semblante de la directora del centro de extensión mantiene una sonrisa imperturbable, pero a la piel de su rostro la domina una coloración rojiza. Y se largan a cantar un son cubano… “tu entrañable transparencia, comandante Che Guevara…”
Los asistentes aplauden cuando se retiran y siguen aplaudiendo con igual brío y los cantantes no pueden traspasar el umbral de la sala Emma Jauch, como si el brío de los aplausos fuese un cálido obstáculo. Y vuelven a ubicarse en el improvisado escenario y en ese silencio agradecido de los asistentes indican que interpretarán la canción que dice: “Se equivocó la paloma, se equivocaba…”.
Se retiran definitivamente y los aplausos se distancian, pero, a diferencia de otros conciertos, se produce espontáneamente una proximidad física, porque el público sale detrás de los cantantes y, al encontrar cerrada la puerta de la oficina de la dirección, la gente los alcanza, estrecha sus manos, los felicita y agradece sus canciones. Cuando me acerco, Pérez me dice: ‘¡Estoy emocionado de verdad!’. No tiene para qué decirlo porque la cortina húmeda en sus ojos ha puesto brillo en su mirada. Ilse Simpfendorfer sonríe y agradece cada gesto de aprecio que hombres y mujeres le manifiestan atropelladamente.
La pregunta acerca de qué gatilló un comportamiento proactivo en el público, usualmente formal y contenido, queda rondando. Pudo ser el hecho de que Pérez comunicará abiertamente la faceta de enamorados que ambos viven por estos días. Pudo ser el rango performático decoroso que asumió Ilse Simpfendorfer cuando interpretó los tres cantos mapuches. Pudo ser la abierta exposición de la cultura musical del exilio y el homenaje al máximo icono izquierdista. Pudo ser que lo autóctono superó lo internacional culterano en la apreciación artística que hiciera el público.

domingo, 8 de marzo de 2009

Desmontaje


Sábado 15 de N0viembre de 2008
Inicié mi salida a Curicó a las 10:15 horas desde el rodoviario Lorenzo Varoli. Mi llegada al terminal de buses curicano fue a las 11:15 horas. Preguntando a tres personas llegué hasta el Mercado. Cuando preguntaba a los transeúntes o dependientes de pequeños locales comerciales, y seguía caminando por calles desconocidas, tratando en cada bocacalle de divisar el Cerro Condell para retomar una orientación urbana, me acordaba de un tío, al que vi en dos ocasiones, que se había desempeñado toda su vida como cartero en Curicó. Supimos que había jubilado en ese servicio. El era muy formal y amable en el trato. Seguramente conocía al dedillo cada rincón de la ciudad. Con mis hermanos asistí a su funeral, que ocurrió dos años después del fallecimiento de mi madre, una de sus dos hermanas. Por uno de mis hermanos mayores me enteré de la razón del distanciamiento familiar: mi madre nunca le perdonó que se hubiese entrometido en sus problemas conyugales, tomando partido por la versión del conflicto que le entregó mi padre. Mi padre lo visitaba con frecuencia durante el periodo, unos cinco años, en que se desempeñó como rondín en la estación de ferrocarriles de Curicó. Yo tenía nueve o diez años y varias veces lo acompañé. Yo despertaba en medio de la noche, en el vagón habilitado como habitación, y lo observaba transcribir caligráficamente letras de tangos, boleros y poemas.
Los cuadros estaban en perfecto estado. Lo mismo el objeto expuesto sin la protección de un vidrio. No había deterioro evidente y la vigilancia había dado buen resultado. La cortina, de la que habían pendido los cuadros, no mostraba roturas ni manchas
Allí, la muestra la cuidaba Fabián, estudiante que cursa el segundo año de la carrera de agricultura en la Universidad Católica del Maule, cuya sede está en la ciudad de Curicó. Le planteé que, según instrucciones de Brenda Sandoval, todos los cuadros, objetos y demás materiales debían ser almacenados en su casa, desde donde se retirarían el día lunes. Su casa es un hogar universitario que lleva el nombre del sacerdote católico que lo creó. Se manifestó preocupado cuando cayó en la cuenta que eso implicaba transportar un cubículo de base cuadrada de unos cuarenta por cuarenta centímetros y una altura de un metro, una silla plástica, los cuadros y los siete polines. La casa dista unos cinco cuadras Lo tranquilicé diciéndole que la solución era contratar un radiotaxi, u otro vehículo de similar capacidad.
Le pregunté cómo se había adjudicado el pituto de trabajo como cuidador de la muestra. Dijo que el hogar universitario siempre trabajaba con la Corporación Cultural de Curicó, que está les daba pegas susceptibles de realizar por los estudiantes.
Comencé por cortar el hilo plástico, cortar los alambres que sujetaban los marcos más pesados, el travesaño del armazón y desanudar los alambres enrollados en torno a los polines verticales y al horizontal. Fabián se dedicó a envolver los cuadros y objetos ocupando para tal efecto papel periódico que yo había llevado. Amarraba con un hilo plástico reciclado que también le entregué. Toda esta operación la ejecutaba en cuclillas en el embaldosado del acceso al Mercado. Al mover el cubículo, descubrimos cajas unipersonales de envases de jugos y servilletas arrugadas
Al poco rato llegó otro compañero del hogar universitario. También es estudiante de agricultura en el mismo centro universitario, pero el cursa el cuarto año de la carrera. Con su ayuda destrabé el armazón de madera y la cortina.
No recuerdo en qué momento se hizo presente Brenda Sandoval. Me dijo que venía de supervisar otras obras expuestas en la Feria. Acordamos que me haría llegar el registro del audio del seminario realizado la noche anterior. Después acordamos que yo le entregaría vía e-mail los datos de una cuenta bancaria. Antes me había dicho que el monto a cancelarme, no podía tenerlo en ese día en efectivo, porque la oficina estaba cerrada y no recuerdo qué impedía contactar a una encargada de las finanzas.
No teníamos ninguna información que agregar en esos minutos y nos despedimos. Caminó con uno de los estudiantes hasta la oficina del administrador del Mercado. Al regreso, dijo que en ese local guardáramos los materiales y obras. Los universitarios trasladaron el cubículo, la silla, los cuadros y los polines. En la oficina, Fabián acomodó los cuadros de pequeño formato en el interior del cubículo. Cada cuadro, lo mismo que el par de frascos de conserva, lo envolvió con admirable prolijidad y cuidado. En la pequeña oficina todo quedó instalado entre el cubículo negro y la mesa que ocupa el administrador.
Salimos los tres del Mercado. Me despedí del segundo universitario. Con Fabián caminamos hacia el terminal de buses, porque él se dirigía en esa dirección. Le comenté que había observado la nula presencia de flyers de tocatas de rock pegados en los muros. Para mí daban cuenta de la inexistencia de grupos de rock locales. Le pregunté cómo eran los fines de semana en Curicó. Dio una respuesta desganada. Le dije ‘los fines de semana tú te dedicas a estudiar nomás’. Sí, dijo. Caminamos entre una docena de alcohólicos de mediana edad arracimados en la vereda. Unos, ebrios, permanecían sentados, apoyando la espalda en la pared. Al aproximarnos a ellos, le dije a Fabián que pasaríamos entre una Corte de Príncipes Macheteros. El se sonrió y dijo que esa parte de la ciudad era un barrio venido a menos. Al acercarnos, nos pidieron una moneda de cien pesos.
Durante la caminata al terminal de buses, me preguntó cuantos años llevaba pintando. Intensivamente, cinco, le dije. Ha avanzado harto, comentó. Yo le había preguntado acaso había tenido Artes Visuales en su enseñanza secundaria. Dijo que sí, y se acordaba del nombre de su profesor. Durante el trayecto le pregunté que había pasado con lo aprendido en su asignatura de Artes, si acaso había seguido dibujando o pintando. No, nada, dijo. Le dije que mi sospecha era que su afición al fútbol había desplazado el interés por el cultivo del arte. Hizo una afirmación moviendo la cabeza. En una esquina del terminal nos despedimos.
Abordé un bus que salía a las 13. 15 horas. Mientras el bus recorría las estrechas calles y doblaba esquinas angulosas en dirección a la Alameda, recordé a mi tío curicano. Recordé su sonrisa, sus modales educados, su figura flaca, su baja estatura. La segunda visita que hizo al hogar de mis padres ocurrió en los meses de agonía de mi madre. Seguramente el enojo juvenil, a esas alturas de la vida, había dado paso a una reconciliación no volcada al lenguaje.

lunes, 23 de febrero de 2009

EXTASIS


Viernes 20 de Febrero de 2009.-
M.O.T.S.-
S. Sarduy en su libro Escrito sobre un Cuerpo describe una pintura de Martial Raysse. El cuadro recibe la representación de cuatro cubos utilizados para la enseñanza del abecedario. Estos en cada cara muestran una letra. En el cuadro, Raysse deja a la percepción inmediata del espectador cuatro caras de igual numero de cubos, cuyas letras forman la palabra mots (en francés, palabras). Podríamos decir que Sarduy rescata e identifica una de las primeras ‘pinturas conceptuales’, que saltan la fase del Contenido para enfatizar la centralidad de la Comunicación, de la que es portador el objeto-cuadro.
Esta experiencia estética, y la reflexión derivada, revivió la tercera semana de enero de 2009, cuando el noticiero regional Red Maule de la Televisión Nacional informó que la Policía de Investigaciones había logrado detener a sujetos que ideaban distribuir en la región mil ochocientas dosis de la droga denominada ‘éxtasis’
En los segundos que duró la transmisión de la noticia los televidentes pudieron alcanzar a verla la disposición de cientos de pastillas dispuestas en una mesa cubierta con un mantel oscuro, formando las fila ortogonales de pastillas cada letra de la palabra ‘extasis’. Esta palabra la subrayaban dos líneas formadas con dos regulares disposiciones de pastillas, dando cuenta del axioma kandisnkiano de que la línea la forma una sucesión de puntos. Y además esta doblemente apostrofada, es decir, es una cita bibliográfica, en su presentación.
En la sección Crónica de los días19 y 20 de Enero, el Diario El Centro enseña la imagen descrita, el lector puede leerla y observar que en la fotorreportaje del segundo día, una joven detective está en un segundo plano, como si recién hubiese terminado de disponer sobre la mesa ‘tipográficamente’ las pastillas, evidencias del éxito de la pesquisa policial.
Si la PDI dispone dentro de su organigrama de un Departamento de Relaciones Públicas, queda la interrogante acerca del mensaje de la información. Queda la duda respecto de si la intención es glorificar o enmarcar la eficiencia de la operación policial o comunicar un contenido nebuloso, porque de otra manera para qué apostrofar, subrayar y, lo que es principal: disponer un material prohibido para connotar y denotar simultáneamente. Si a la joven detective cupo la tarea de abrir cada envase de las pastillas y luego ordenarlas hasta dibujar las siete letras, ¿quisieron hacer relevante la droga o denostarla ante la opinión pública?
O dándole a la PDI el beneficio de la seriedad de un organismo ’comprometido en combatir el flagelo de las sustancias ilícitas’, cabe la posibilidad de que no sea la responsable del hecho comunicacional descrito sino la prensa sensacionalista, puesto que la Reforma Procesal Penal prohíbe entregar los rostros de los inculpados, ergo, es necesario buscar otro recurso iconográfico que ilustre el éxito de una operación policial; sin embargo, ante esta posibilidad el lector puede preguntarse dónde queda la responsabilidad de una probable oficina de RRPP.
O cabe una opción comunicativa planteada por la autoridad estatal quien, enterada de que es la sociocultural de la imagen la que gobierna al final de cuentas, ordena ‘cacarear los huevos’; en este caso, haciendo notar sus logros. Y la última opción: la genialidad tautológica de la presentación de la evidencia no es responsabilidad de la PDI ni de los aparatos comicacionales gubernamentales, sino de los fotorreporteros, esos grandes suministradores de la mejor iconografía de las representaciones del arte contemporáneo.

REGISTROS


I7 de julio de 2007.-
Encuentros con Espectadores.-
A María Eugenia Arellano le dí el pésame porque ChilePrimero no pudo inscribirse como partido político. Dice: Esto es muy fuerte para el ego del jefe- refiriéndose al senador Fernando Flores.
Después saludo a Roberto Aravena, quien se autodenomina “amigo del arte”; mientras se hacen los discursos en la sala destinada a Los Jóvenes Talentos, él está sentado frente a las escaleras que dan a la calle Uno Poniente. El me pregunta por qué pinté a San Jorge (se refiere a una de las pinturas del Archivo SEE, que expuse en la Biblioteca Regional del Maule, Talca); acaso se debe a un deseo de protegerme de los males de la envidia. Dice que en la creencia popular los católicos rezan al santo por ese motivo.
Esto ocurre durante la presentación y agradecimientos de la muestra “Registros…”, de Alejandro Cáceres.
En la sala donde posteriormente se ha inaugurado la exposición de grabados de Santos Chávez, converso con Nicodemus González Sotelo, dueño del local “Chévere”, dedicado al comercio de artículos fotográficos. Me dice: ‘Estoy viendo la luz al final del túnel’. Esta fue su respuesta al cómo estás. El supuso que la cámara digital sería la ruina de su negocio. Antes de la aparición de las digitales, contrataba quince empleados en su local comercial; hoy sólo a tres y dos más gracias a los programas de empleabilidad subvencionada por el gobierno.

Preguntas posteriores a a la inauguración de la muestra “Registros”
-¿Por qué el artista acepta que la institución universitaria-UTAL-, que ha dispuesto para él toda su instrumentación cultura, haga coincidir su inauguración con la del grabador de Santos Chávez?
-¿Por qué queda la impresión que la institución universitaria ha tomado la inauguración de la muestra de Alejandro Cáceres como plataforma para inaugurar La muestra de Santos Chávez?
-¿Por qué el presentador (R. Villar) usa la expresión: ‘Cáceres viene trabajando en esto de mezclar’ para explicar la estrategia de de producción del artista?
-¿Por qué el artista ocupó más tiempo para discurrir acerca de su obra que el mismo presentador?

A modo de conclusión
El Pueblo es Sabio.
El arte es cuestión de egos, tal como usó la expresión María Eugenia Arellano para referirse al senado Flores. Las instituciones también disponen de un ego, tal como lo tienen los individuos. Entonces, queda en el aire la pregunta acerca de cuál es el ego de una institución que, disponiendo toda su infraestructura., promueve a un “joven talento”, inaugurando simétricamente su exposición junto a la de un ‘artista consagrado’, como suelen decir las encargadas del centro cultural en cuestión.
En los noventas, la ciudadanía talquina quedó asombrada con la expresión del ex-rector Álvaro Rojas al anunciar que una tarea de la universidad consistía en pagar la deuda con la región. Si las tareas universitarias no son cortoplacistas, cabe preguntarse si de esta forma se estaría pagando esa deuda.
Cuando coinciden dos situaciones que permiten el ahorro de tiempo o trabajo, denominamos a ello ‘feliz coincidencia’. Examinando esto en la inauguración de “Registros…” desde la política de extensión universitaria y desde la política individual de la circulación de la producción artística, ¿estamos ante ‘una feliz coincidencia’? Si estamos ante una feliz coincidencia, ¿sale preponderantemente legitimado el pintor local Alejandro Cáceres?
Si el rechazo a la inscripción de ChilePrimero, como partido político que busca un protagonismo desde su singularidad, lesiona el ego de un senador presidenciable, en el caso de la inauguración simultánea Cáceres-Chávez, ¿resultan lesionados los egos personales e institucionales?
“El Amigo del Arte” citó la envidia. ¿Cómo confrontar mi envidia frente a expresiones del presentador y el artista durante la inauguración?:
-Villar: ‘Cáceres vienen trabajando en esto de mezclar’
-Villar demora tres minutos en la presentación y enseguida Cáceres explica su operación artística durante quince minutos sin pausa.

La Luz al Final del Túnel
‘La Luz al Final del Túnel’, que mencionara el dueño del local Chévere, necesariamente está adjunto al momento cuando todos los espectadores se estaban retirando de la muestra “Registros…” para asistir a la de Santos Chávez, en la amplia sala contigua y el fotógrafo de la universidad retrata a Alejandro Cáceres montando su bicicleta junto a un muro donde se exponen sus obras. Ese retrato performático abre una incontestable perspectiva de trabajo. Y la inauguración de esa vertiente le pertenece plenamente a Cáceres

miércoles, 4 de febrero de 2009

4 Fotògrafos


Cuarteto de Fotógrafos
Miércoles 10 de Diciembre de 2008.-
Con la exposición de fotografías, denominada ‘Tal Cual’ de Francisco Flores en la Biblioteca Regional del Maule se ha completado una evidencia histórica de La Primera Década de Fotografía Talquina. Uno podría distinguir tres o cuatro hitos caracterizadores de la emergencia de fotógrafos desligados de la fotografía académica, o vinculados en sentido estricto a lo académico
a.-la Fotografía ha desplazado del protagonismo local a los artistas visuales.
Nota: En la década anterior, R. Villar mantuvo el monopolio de la fotografía, como práctica intencionada. Y se hizo cargo de su política de difusión; así, publicó en los años ’93 fotografías de su autoría, que podrían inscribirse como datos etnográficos de la realidad barrial, localizados-captados en el Barrio El Edén. Estas tomas fueron impresas en un suplemento del Diario El Centro. Adjuntó fichas técnicas estrictas que daban cuenta de las condiciones instrumentales de captura de la imagen.
En años posteriores, Héctor Labarca arrebata ese monopolio. Labarca, en la difusión del medio, aborda el desarrollo de la fotografía como producto cultural internacional y cita ordenadamente a los precursores y a los noveles Por otra parte, copa el recurso periodístico al hacer uso de la página completa que le fuera asignada en el suplemento cultural dominical. Labarca omite, o aborda mínimamente el detalle técnico que acompañó la toma, e incursiona en el sentido de la imagen. O en el montaje que la hizo posible; es decir, por un lado, al ofrecer un registro histórico e internacional, reposiciona la fotografía, y a la vez, al señalar sus trucos al lector-espectador, le quita el rasgo críptico de su factura y la hace hipotéticamente comprensible. Y factible. Los Pie de Foto elaborados por Labarca, que se detenían en los datos históricos y en los contextos socio-políticos, se abordaron sin alardes técnicos o narrativos. Su única dirección fue apuntar a la comprensión y a la masividad de su recepción y logró transmitir el entusiasmo por su apreciación estética.
Hay que decirlo: es Labarca quien ha captado fotografías de Bienal. (Su fotografía de un detective, del que el espectador observa sólo su Colt calibre 38 tendría una cabida indesmentible en la exposición Sutil Violento, de estos días, en el MNBA).
Un aspecto importante de consignar: los artistas visuales que han tomado el registro de representación mecánica lo han usado en calidad de post-fotografía, vale decir, en material de trabajo artístico, y no arte en sí mismo, en su completad expresiva, no han traspasado el límite del peso de la fotografía como referente puro: cito el caso de la obra de Loreto Pérez, Simón Fuentes y Alejandro Cáceres. Este trío de artistas visuales le asigna un comportamiento y utilidad no documental. En la exposición celebratoria del Día de la Fotografía Alejandro Cáceres hizo un montaje donde se manifestaba con certeza ese arranque hacia el comportamiento pictórico -también objetual- de las imágenes. No así Mauricio Torres, quien, si bien no documenta, si aborda la fotografía como encargo –en particular su última beca Fondart-, pero allí no ha superado la estética de la Revista Fibra.
b.- la existencia de un Cuarteto de Fotógrafos
Este Cuarteto lo conforman:
Elisabeth Gumberguer Alfredo Morán

Héctor Labarca Francisco Flores

Gumberguer, Labarca y Morán establecen una marca de producción, gestión y montajes para su sanción pública con una presencia muy definida, porque cada uno consigna más de tres o cuatro muestras individuales.
La Exposición ‘Maula’ De Héctor Labarca marcará un antes y un después por su opción de hacer el primer catálogo con tapas dura; decisión volcada a superar la mezquindad de su recepción por parte de los espectadores atentos talquinos.
(Tres días antes de su inauguración comenté a un agente cultural local esta noticia, aderezándola con el gesto de entusiasmo por continuidad expositiva de Labarca y, ante estas apreciaciones, él dijo: ‘ahí va a estar toda la taquilla’. En la exposición misma escuché otros comentarios: ‘lo mismo de siempre’, ‘no hay un estilo personal’ Sin embargo, en las obras expuestas había varias fotografías dignas de Bienal. La fotografía que capta un juguete plástico que representa un superhéroe, con gotas de sudor en su rostro y en su cuerpo, contra un fondo de paisaje maulino es inolvidable. Esa es otra fotografía de Bienal)
El conjunto de fotografías de esa exposición supera el supuesto marco del encargo, es decir, ilustrar una lectura literaria del ethos regional.
c.- Características de los enfoques y tomas
Apresuro una precaria lectura coyuntural:

Flores: Mirada modernista Gumberguer: Encuadre Clásico

Labarca: Tradición Modernista Morán: Relectura del Original

1.- Héctor Labarca. Si las fotografías de ‘Rodri’, fotógrafo comercial del medio siglo pasado, quien no tuvo una manifiesta intención de hacer una fotografía artística, es, sin embargo, un obligado referente de fotografía documental local, Labarca acentúa esa opción de mirada, pero agrega un entrenamiento y experimentación tanto en encuadre, colorido y pose. Y pone en obra el gesto moderno de la ironía, la parodia y el humor, que a veces suele superar la convención de la toma.
(Lo irónico del acercamiento de H. Labarca: alrededor de los primeros años noventas en fotorreportajes de la prensa impresa es retratado como espectador anónimo, junto a otros lugares donde se ha producido una noticia que requiere la presencia de enviados especiales. Recuerdo una donde comparece con otros individuos contra un fondo donde aparece un barco, siniestrado o a punto de un desguace. Esa aparición previa y performática –anónima- desembocó en un protagonismo sostenido detrás del lente)
2.- Gumberguer no se desmarca de su clasicismo de encuadre y técnica. Su exposición Retratos de Latinoamérica es una demostración de conocimiento, cuidado y lealtad a la fotografía blanco/negro. Sus estudios de erosiones y oxidaciones casi microscópicas, como un universo de color y facetas de lo material, dan cuenta de una posible irrepresentación casi deudora de lo pictórico. El tratamiento que diera a su proyecto Fondant Animitas no hace más que confirmar su vínculo sólido con la tradición clásica de la fotografía.
3.- De los cuatro, Alfredo Morán es quien, a mi juicio, hace una Fotografía (que cumple con el requisito de que sea) de Exportación. Su exposición de desnudos del año 2006 en la Biblioteca Regional, desde el enmarcado de las fotografías hasta la desconfianza puesta en la alquimia técnica,-cuestión que suele atrapar a los maníaco obsesivos y postergar al que busca una expresión artística, dejaron en claro que le asiste una actitud y una convicción directamente encaminada a desmarcar sus fotos del convencionalismo
Es el primer trabajo artístico con modelo (dicho sea de paso: ‘antimodelo’, porque no cuadra con el estereotipo que la industria del desnudo ha acostumbrado al ojo espectador) y si bien pareciera que hubo a la base una intención de narratividad poética, a la hora de dar cuenta del efecto totalizador de la muestra, resalta sólo el clima y la atmósfera logrado por la muestra (en sentido estricto, es el primer fotógrafo que hace un trabajo con modelo. Lo que hemos visto de Orlando Mellado, en cuanto a trabajo con modelo, ha estado bajo la mirada convencional, proveniente del género pictórico del desnudo y la cantidad de fotografías no alcanza los dos dígitos))
Recientemente, en la muestra organizada para conmemorar el Día de la Fotografía, muestra montada en la galería de la Casa del Arte, Morán exhibió retratos, siempre blanco/negro, pero ahora fuera del formato histórico que había presentado anteriormente y con un grado de convicción en el manejo de la pose que no se había visto en la fotografía exhibida en esta ciudad. Esos retratos dan la idea de que fuesen una declaración.
4.- Francisco Flores. Adelanto una conversación con el fotógrafo en el Rincón Radical. En esa ocasión analizamos el desarrollo de la fotografía en Talca. Es el único fotógrafo que hace encuadrar su lógica discursiva y los productos fotográficos. A este respecto: El Jueves 6 de Noviembre del presente año, en el Diario El Centro, publican un breve reportaje anunciando la inauguración de la muestra y recupero una parte de las opiniones de Flores: “Dar la posibilidad para que la mirada distraída pueda ser un tema en sí, sin necesidad de pasar por grandes filtros dotándola de una naturalidad en la que ya no importa la predeterminación. En este sentido, el fotógrafo vuelve a ser un catalizador y no una estrella o una celebridad”. Disiento de esta declaración porque no hay mirada distraída en un fotógrafo militante. Tal Cual contiene una mirada más exigente; su apelación al fragmento composicional y la captura de signos gráficos o escritos, descontando la complacencia y arsenal iconográfico que provee lo urbano, del que el Pop hizo una fiesta, desemboca en una lectura que remite al punctum, enseñado por R. Barthes; es decir, a esa toma que ’habla’ de una herida. La ciudad talquina. Cualquier ciudad chilena. Ningún rostro o rasgo humano que re-envíe al espectador al humor, a la melancolía, a la parodia: hitos de sensibilidad del que el espectador pueda aferrarse como de un salvavidas. En este plan, Francisco Flores no hace ninguna concesión. Los formatos de la exhibición desmitifican el gigantismo del avisaje urbano. Lo hacen de bolsillo. Queda la sensación que uno podría guardarlo en algún bolsillo de la memoria. Es inevitable pensar que es su estética lo que le hace descalzarse de los tres fotógrafos mencionados.
Un aspecto ulterior al cual poner atención: en el volante de difusión escribe “una mirada anodina y contemporánea”; esta frase comparece como un subtítulo. Mediante la manipulación del diseño digital pareciera haber quedado impreso sobre trozos de masking-tape, previamente adheridos al fondo fotográfico de una escena que muestra el perfil de una joven en el preciso segundo cuando activa la llama de un encendedor, en la oscuridad artificial de un restobar o de un pub. Haces de luz se originan en las bases del título Tal Cual. El subtítulo, que hace alusión a ‘lo insignificante, a lo ineficaz, a lo insustancial’, implementa la noción del fragmento, decisión a la base en el enfoque de todas las obras exhibidas. Dato necesario de recordar: al interior de las escrituras ensayísticas, el fragmento remite a la disolución social. Es en este sentido que, dentro del Cuarteto, Francisco Flores es el más puntado.
(Este cuarteto podría ser un quinteto si incluyera a Vania Mihovilovic, quien a la fecha de este reporte ha hecho dos exposiciones. Sin embargo, es necesario esperar. Sus fotografías hasta ahora están subordinadas en extremo a la noción del ‘encargo’. Podríamos decir que son ‘encargos positivos’ por cuanto, al modo del proyecto Fondart de Mauricio Torres Vienne cuando capta el paisaje regional, se destinan a cumplir con las políticas culturales gubernamentales, postergando el acercamiento personal a los temas o a las tematizaciones que entregaron como oferta- a desarrollar- en sus postulaciones al Fondart. Su exposición de las adolescentes con embarazo precoz cabía perfectamente en lo que podría ser una categoría del ‘encargo de un proyecto de servicio social’)

jueves, 29 de enero de 2009

रोगातिवा Mapuche


Plaza de Armas de Talca.-
Miércoles 17 de Diciembre de 2008.-
Salgo a la Plaza de Armas a eso de las 14:00 horas por la Calle Uno Norte, cruzo la Calle Uno Oriente hacia la esquina nororiente, frente al edificio de la Intendencia Regional. Allí observo una veintena de mapuches, de ambos sexos y edades, ataviados con sus trajes típicos –particularmente las mujeres; los hombres mayores sólo visten la vincha- y tocando kultrunes, pifilkas y trutrukas, mientras giran alrededor de un enramado vertical, del que penden algunas cintas.
Toda la mañana ha estado nublado y lentamente se esparcen las nubes y por los claros se anuncia el calor de la tarde. Resguardado a la sombra de un árbol, me detengo a contemplar el ritual. Cada cierto rato, uno de los danzantes da un grito breve, que enseguida es coreado por los participantes danzantes.
Tres fotógrafos no se distancian del grupo. Uno es Alfredo Morán. Está premunido de una cámara fotográfica digital. Semiarrodillado a unos tres metros del grupo de bailarines, aleja de sus ojos la cámara y, sosteniéndola con sus brazos estirados, calcula el encuadre de la escena. Recuerdo haber contemplado fotografías de Morán donde usara como tema el rodeo chileno; allí captó fragmentos anatómicos de caballos y atavíos de los jinetes y en todas usó la fotografía a la manera de instantánea y la imagen movida. Esas fotografías no parecían realzar ‘el deporte’ del rodeo.
Otros fotógrafos registran los movimientos del baile con videocámaras.
Los espectadores están sentados en los bancos de la plaza, a varios metros de distancia; yo y los fotógrafos nos hemos detenido a cumplir el papel de espectadores de pie y próximos.
Reconozco a una de las bailarinas. Con ella me topaba cada mañana cuando trabajé en el Colegio De La Salle, en la década pasada. Distingo que las ancianas llevan un perfecto tinturado negro en su cabellera y su vestimenta es impecable. Si bien todos son morenos y de similar corpulencia, el vestuario diferencia con distintas situaciones socioeconómicas.
Cuando estoy sacando este tipo de conclusiones, una mujer morena, de unos setenta y tantos años, se para a mi lado. Me dice:
-Ellos son los orígenes de Chile…
-Usted querrá decir: nuestros orígenes- preciso.
Ella replica con convicción:
-Sí; de ahí venimos los chilenos. Y los ladrones y borrachos fueron los españoles; de ahí viene lo malo.
Después, la anciana se aleja en dirección a la Calle Uno Sur.
Minutos más tarde, se acerca Alfredo Morán. Se ve estimulado y en su rostro denota la concentración del fotógrafo para captar la instantaneidad del acontecimiento. Nos damos un saludo apresurado. Descansa unos segundos a la sombra Le pregunto si la celebración corresponde a algo relacionado con el año lunar. El dice:
-Están protestando.
-¿Por qué?- digo.
-Por su cultura…y otras cosas más- dice, con seriedad y un dejo de gravedad en la voz; con ese tono da cuenta de cierta solemnidad que abarca el entorno de los hechos que estamos presenciando.
Enseguida, cuando lo veo preparándose para seguir tomando fotografías, a la rápida le pido su e-mail. Lo dicta y se aleja. Da unas cuantas zancadas y está nuevamente semiarrodillado calculando encuadres.
Continúo contemplando el ritual, que no incorpora ninguna modificación: sonidos musicales-baile-giros grupales alrededor del enramado y grito jubiloso.
Los fotógrafos no paran de hacer tomas.
Se acerca a saludarme Paola Lara, estudiante universitaria de primer año de enfermería. Dice que está acompañando a la madre de su pololo.
-Ella tiene el apellido…-dice. Con esto debo entender que la suegra tiene apellido mapuche.
-¿Qué están haciendo?- digo.
-No sé. Vienen del edificio de la Unión Comunal-dice-. Allá estuvieron haciendo lo mismo.
Le describo la opinión de la anciana, minutos antes, y ella hace un gesto de asombro.
El sol está dominando todo el espacio y el cambio de temperatura es rápido, casi instantáneo. La reunión termina con un grito coreado por los danzantes y luego se reagrupan y hacen comentarios inaudibles para mí. Me despido de Paola Lara y me retiro.
Al día siguiente, el diario el Centro titula” Rogativa Mapuche”. Acompaña el titular con un par de fotografía del grupo de mapuches en un recinto cerrado. La lectura en páginas interiores informa que la actividad se enmarca en un programa de difusión de las culturas originarias.
Algo que he venido precisando a los artistas visuales queda de manifiesto, a propósito de la rogativa: ellos se han replegado. Y los fotógrafos han ocupado su lugar. Morán lo demuestra: (con mayor o menor información) él está en la contingencia. Morán hace contemporánea su práctica, cuestión que, hasta hace unos años, era privativa de los artistas visuales locales. Allí enraizaba su oferta.
(El domingo 14 de Diciembre de 2008 los lectores del Diario El Centro fueron informados de los resultados del Concurso Literario Stella Corvalán, auspiciado por la Municipalidad de Talca. En el titular se leía:,“El Llamado de la Fortuna”. La fotografía que lo acompañaba mostraba, en primer plano, al nuevo alcalde informando con una llamada telefónica al ganador; en un segundo plano, el lector podía observar la silueta del poeta talquino Adriano Améstica, quien sostenía un legajo de papeles. Esa fotografía me pareció ilustrativa de lo que denomino el repliegue del artista)